El Barcelona respeta al vecino y pasa la prueba
Un gol desde fuera del área de Iniesta al borde del descanso le vale a los de Guardiola para vencer sin problemas al L'Hospitalet
Actualizado: GuardarEl Barcelona pasó la prueba pero apenas sudó en un partido que lo convirtió en un trámite tras el palizón del pasado domingo en San Mamés y antes de encarar un mes complicado de partidos. Y de paso, no humilló a un vecino que lo recibió como en casa (y sin apenas público en las gradas).
Pep Guardiola combinó un equipo formado por varios jugadores de la primera plantilla (Iniesta, Cesc, Puyol, Xavi, Keita o Villa) y también muchos del filial, una mezcla que debía ser suficiente para dejar en el camino copera al rival, el L'Hospitalet de Segunda B. Además, el cuadro local no contaba con el respaldo de su afición, pues el estadio presentaba un aspecto fantasmal, con muchas butacas vacías pese a la visita del campeón europeo.
El Barcelona, como era de esperar, controló el partido durante la primera media hora aunque con poca profundidad, sin poner en demasiados apuros a L'Hospitalet. Aún así, el guardameta Moragón se convertía en el principal protagonista de estos primeros minutos por sus acertadas paradas ante Keita y Cesc. En la puerta contraria, a Pinto le bastaba con estar atento a los contragolpes del conjunto ribereño, que imprimía velocidad pero no precisión a su juego. En ataque, los azulgranas contaban con Tello, uno de los jóvenes valores de la cantera culé que formaba en vanguardia con Cesc y Villa. No obstante, sería Iniesta el que abriría la lata con un golazo desde fuera del área que se colaba por la escuadra de Moragón.
La segunda parte comenzó mandando el Barcelona aunque sin la intensidad necesaria para que el conjunto local se asustara. Pese a ello, las ocasiones azulgrana siguieron llegando paulatinamente. Por poco no marcó Cesc pero su disparo se marchó fuera.
El partido pasaba con más pena que gloria. El Barcelona daba la impresión de respetar al vecino al tiempo que se evitaba forzar en una eliminatoria de antemano sentenciada. Tanto se acomodó el Barça que hasta Pinto tuvo que salvar un balón a disparo a Pedraza tras un contragolpe.