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La segunda vuelta de las presidenciales en Guatemala se desarrolla sin incidentes
LA HABANA. Actualizado: GuardarSi las encuestas no fallan, el próximo presidente de Guatemala será el general Otto Pérez Molina (55%), quien espera «un juego limpio» aunque tendrá que aplicar algo más que «mano dura» para resolver los graves problemas de pobreza e inseguridad que azotan el país. El empresario conservador Manuel Baldizón (45%), por su parte, espera que con su «a Dios rogando» pueda romper los pronósticos para asumir compromisos que no se resolverán con la aplicación de la pena de muerte. Sus programas son demasiado parecidos y tendrán que enfrentar la asignatura que deja pendiente el presidente Álvaro Colom: la reforma fiscal, combatir el crimen organizado y la falta de recursos.
Pérez Molina, de 60 años y líder del Partido Patriota (PP), se declaró tranquilo y contento. «Hicimos todo lo que teníamos que hacer, lo que pudimos hacer. (.) Espero que la otra parte juegue limpio», dijo. El empresario hotelero, de 41 años, y fundador del partido Libertad Democrática Renovada (Líder), rezó con pastores evangélicos para comenzar el «día con el pie derecho». Luego manifestaba convencido que «Dios no va a permitir que los malos ganen la presidencia».
El Gobierno ofreció autobuses gratuitos para facilitar el traslado a los centros de votación en un país donde imperó la ley seca y la prohibición de portar armas. Por su parte, María Eugenia Villagrán, presidenta del Tribunal Supremo Electoral (TSE), invitó a votar porque «hoy (por ayer) haremos historia los guatemaltecos, decidiremos libre, democrática y respetuosamente a quienes gobernarán nuestro Estado en los próximos cuatro años».
La magistrada recordó que la primera vuelta fue histórica al contar con una participación de más del 70% y esperaba que se repitiera en la jornada del domingo. Asimismo, aprovechó su intervención para pedir a los partidos políticos que se abstengan de hacer campañas negras, al tiempo que comentaba que 100.000 ciudadanos garantizaban la «legitimidad» de los comicios.
En opinión de José Octavio Bordón, jefe de la misión de observación de la OEA, la jornada transcurrió con tranquilidad en las casi 16.700 mesas donde estaban convocados 7,3 millones de electores, incluidos casi 2 de analfabetos. Las urnas abrieron a las 7 de la mañana y por espacio de ocho horas. Al no existir encuestas a pie de urna ni conteos rápidos, habrá que esperar a los resultados definitivos del TSE para conocer el nombre del ganador de la cita electoral.