La lluvia inunda de aguas fecales una vivienda de la Casería

No sabe a dónde ni a quién acudir ya. Está desesperada porque cada vez que llueve con cierta intensidad su vivienda se anega. El problema no es que se llene de agua sino que se tratan de fecales al rebosar los husillos. «Pusieron una bomba y a mis vecinos sí se les ha solucionado el problema pero yo sigo como siempre. Son ya nueve veces que he tenido que recoger mi casa inundada y lo peor no es eso, sino ver como se meten preservativos o tampones». María Domínguez vive en una situación permanente de alerta. Cada vez que el cielo se nubla ella intenta acudir corriendo a su casa por el temor de que la situación se repita. Tanto es así que entra hasta en un estado de ansiedad. «En mi trabajo me han dejado salir varias ocasiones antes por lo mala que me pongo y los nervios que me entran. Cuando salgo, dejo todo lleno de mantas y trapos, pero no hay manera».

No importa la hora, como si son las tres de la tarde como las cinco de la mañana. Cada vez que siente que cae agua ya se asoma a la ventana. «He tenido que tirar un sofá y varios muebles. No he puesto ninguna denuncia, ni quiero que me paguen nada, yo lo único que pido es que solucionen el problema de una vez por todas, porque esto así no se puede vivir siempre mirando el tiempo y atenta al cielo».