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La familia de Maria Esther pide que el acusado siga recluido hasta la sentencia
El presunto autor del crimen de Arriate cumple mañana el tiempo máximo de internamiento cautelar y debe salir libre
MÁLAGA. Actualizado: GuardarLa familia de María Esther, la joven de 13 años de Paterna que fue asesinada hace un año en la localidad malagueña de Arriate, pedirá hoy al juez de menores número 1 de Málaga que adopte medidas de control y vigilancia para evitar que Rubén V. R -el menor acusado de la muerte- quede en libertad, al menos, hasta que se conozca la sentencia.
Bárbara Royo, abogada de la familia de María Esther, lo anunció ayer a la salida de la primera sesión del juicio por este crimen, que se celebra a puerta cerrada y en la que el acusado se declaró inocente. El joven cumple mañana el tiempo máximo de nueve meses de internamiento que se le había impuesto de manera cautelar tras su detención.
«La medida preventiva de internamiento vence el viernes y ahora se baraja pedir otra clase de medida distinta, como el internamiento en un piso tutelado o en un centro educativo», explicó la abogada, que aseguró que el Ministerio Fiscal también va a realizar esta misma petición. «Tendrá que ser una medida que no restrinja tanto la libertad como el internamiento cerrado, pero que tampoco le permita disfrutar totalmente de ella», añadió. Royo aseguró que también solicitará una orden de alejamiento respecto a la familia de María Esther y de su entorno.
Por su parte, Andrés Gálvez, que ejerce la defensa de Rubén calificó de «excesiva» la propuesta de nuevas medidas cautelares. Según el abogado, «no hay riesgo de fuga, no hay peligro de desaparición de pruebas, no hay peligrosidad social y no hay antecedentes. Se mire por donde se mire, lo que realmente se pretende es tirar por tierra la presunción de inocencia y dar carta de naturaleza a la presunción de culpabilidad». El abogado mantiene que «no hay nada que demuestre» que su cliente es culpable: «Son todo meras sospechas y de una afirmación se pretende construir un castillito».
Tanto la Fiscalía como la acusación particular piden para Rubén V. R. la pena máxima establecida en la Ley del Menor para una muerte violenta de este tipo: ocho años de internamiento y otros cinco de libertad vigilada. Por su parte, el abogado defensor solicita la absolución para el adolescente.
«Rabia e impotencia»
En cambio, a las puertas del Juzgado de Menores, Juan Jiménez y María del Carmen Villegas, padres de María Esther, afirmaron que lo justo sería la cadena perpetua y reconocieron que estaban viviendo el juicio «con rabia y con impotencia»: «Ha sido duro ver al presunto asesino tan campante, como si no hubiera hecho nada», aseguró María del Carmen.
Los padres comparecieron ayer como testigos en la primera sesión de la vista oral, en la que además del acusado, declararon otros 23 testigos. Entre ellos estuvieron también los padres del acusado y sus hermanas, que acudieron para aportar una coartada al menor. Sin embargo, la abogada de la acusación, «dicha coartada se ha caído, porque se contradicen entre ellos». Royo, sin embargo, no quiso ayer desvelar qué ha alegado la familia porque forma parte del secreto de sumario.