Arturo Pérez Reverte, ayer, en Madrid. :: JOSÉ RAMÓN LADRA
Sociedad

«España ha estado en manos de reyes imbéciles y curas fanáticos»

Arturo Pérez Reverte EscritorEl escritor entrega a la imprenta 'El puente de los asesinos', la séptima novela del capitán Alatriste

MADRID. Actualizado: Guardar
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Arturo Pérez Reverte, escritor que ha vendido más de cuatro millones de ejemplares con las entregas de las aventuras del capitán Alatriste, vuelve al estante de las librerías con 'El puente de los asesinos' (Alfaguara), el séptimo relato de la saga. En esta ocasión el novelista y académico narra las peripecias del soldado en la Venecia del siglo XVII. Corre el año 1627 y Diego Alatriste es un hombre cansado, con muchas batallas y pendencias a cuestas. En esta ocasión, al capitán le invitan a participar en un magnicidio que es al mismo tiempo un sacrilegio: matar al dogo de Venecia en la misa de Nochebuena, para imponer un gobierno títere al servicio del rey español.

-¿Cree que España se merece la leyenda negra que arrastra?

-Sí. España es un país que durante muchísimos siglos ha estado en manos de reyes imbéciles, curas fanáticos y ministros corruptos. Y a veces, en algunos aspectos, lo sigue estando. Lo que pasa es que aquí únicamente hablamos del lado oscuro.

-En la España del siglo XVII la gente estaba obsesionada por acceder a la nobleza. ¿Somos un pueblo que se rige por las apariencias?

-Naturalmente. Antes la obsesión era llevar la Orden de Santiago al pecho, el carro con cuatro mulas o pasearse como un hidalgo con la espada. Ahora es el traje de Armani, el Audi, el chalet y las vacaciones en Punta Cana. España es un país de apariencias. Malgastamos el oro de las colonias, sin dejar siquiera un monumento. Cinco siglos después la historia se repite. Hemos tenido dinero, riqueza, trabajo y lo hemos dilapidado en fiestas, autonomías, lujos y puñetas. Estamos otra vez tiesos como al principio.

-El nivel de conocimientos de los estudiantes sobre la historia de España es bastante deficiente. ¿Qué soluciones hay?

-El problema seguirá siendo el mismo mientras la educación y la cultura se dejen en manos de políticos irresponsables o analfabetos. Son mediocres, y en lugar de ponerse a la altura de las circunstancias, bajan las circunstancias a la altura de su propia mediocridad, y trazan planes de educación de acuerdo con su limitada visión de las cosas.

-Alatriste es un hombre de honor. ¿Echa de menos ese empeño por la dignidad y la buena reputación?

-Más que un hombre de honor es un hombre con reglas. El honor es una palabra muy devaluada. Ya lo estaba en el siglo XVII. Como decía Unamuno, cuando en España se habla de honor, un hombre honrado tiene que echarse a temblar. Se ha manipulado muchísimo la palabra. El honor en un político es la mayor contradicción del mundo. Hoy en día hay palabras que son políticamente incorrectas, como valor, honradez, valentía, caballerosidad. El otro día, un imbécil, en una tertulia, dijo que había que reivindicar el derecho a ser cobarde. Pues no. Ser cobarde sigue siendo una tacha moral, social, política. En suma, es una infamia.

-¿Tiene algún otro proyecto en mente?

-El mes que viene cumplo sesenta años. Sé por experiencia que un autor tiene una vida limitada. Me levanto todos los días a las seis de la mañana y trabajo ocho horas diarias. Ese ritmo profesional no sé cuánto tiempo lo voy a tener. Hasta los setenta años puedo hacer cinco o seis novelas, en el mejor de los casos. Entre ellas, dos entregas de Alatriste a las que me he comprometido.