
La Isla borra de su futuro inmediato el modelo de bloques de pisos altos
En la nueva planificación se va a intentar evitar el modelo que precisamente se pretendía establecer como futuro desarrollo de los suelos
Actualizado: GuardarSan Fernando no volverá a tocar el cielo, por lo menos mientras permanezca vigente el nuevo Plan General de Ordenación Urbana que fue aprobado recientemente por la Comisión de Ordenación del Territorio y Urbanismo de Andalucía (COTUA) y que introdujo varios cambios a la espera de que la consejera de Obras Públicas y Vivienda de la Junta, Josefina Cruz Villalón, apruebe definitivamente el documento –que ya terminó su tramitación municipal–, y que deberá incorporar las indicaciones efectuadas por la Comisión.
Entre ellas se encuentran importantes modificaciones en relación con la edificabilidad de los suelos ociosos (Polvorines de Fadricas, Camposoto y Fábrica de San Carlos), reduciendo la altura prevista de los nuevos edificios, que en algunos casos se elevaban hasta las 18 plantas, tal y como se ha apuntado desde Ecologistas en Acción. Es más, en las indicaciones se establece una nueva reordenación de la zona de la Casería, donde se han levantado tres grandes torres de pisos, estando prevista la construcción de cuatro más, lo que levantó una importante oposición ciudadana por el alto impacto de estos edificios sobre el paisaje urbano de San Fernando y de toda la Bahía. Estas nuevas torres no se construirán, asegurando el director general de Urbanismo que caso de aprobarse la licencia de obras por el Ayuntamiento, la Junta la recurrirá.
Esto significa que en la planificación del nuevo San Fernando se va a intentar evitar el modelo que precisamente se pretendía establecer como futuro desarrollo de los suelos. Los gigantes de ladrillos no volverán en principio a suelo isleño, si bien luego se podrán realizar matizaciones y como siempre todo queda por ver.
Lo cierto es que se trata de un tipo de desarrollo que choca con la figura de una ciudad que no cuenta con unos edificios excesivamente altos y que está rodeada de parque natural, lo que la progresión en la altura formularía una especie de pantalla que evitaría la integración de la localidad con su entorno.
Claro que todo esto está por ver porque en las propias consideraciones de la COTUA se establece que no se debe fijar desde el PGOU cuántas serán las viviendas y edificabilidad que vayan a tener los terrenos de los antiguos Polvorines de Fadricas. Aunque aprecia que debe ser una actuación de baja-media densidad, este órgano consultivo en materia de urbanismo aprecia que debe ser otro instrumento, un Plan de Sectorización, el que con su correspondiente información pública e informes sectoriales concrete tanto el uso como el número de viviendas como la edificabilidad.
Aún así, sigue exponiendo las reticencias a la creación de edificios de grandes alturas. La Junta ya recurrió la concesión de licencias en cuanto a las torres de la Casería, una de las construcciones que más polémica levantó en la ciudad y que pretendía crear hasta siete torres de 17 plantas en el entorno con pisos de lujo. Tres gigantes que se quedan como muestra de un desarrollo que provocó el rechazo de sus vecinos y que cae en el letargo, al menos de momento.