Los autobuses rurales se suman al colapso del transporte en Jerez
La plantilla de Linesur firmó ayer los servicios mínimos para la huelga del día 22 y pide al Consistorio que la evite pagando a la empresa
JEREZ. Actualizado: GuardarSi circular por el casco urbano en el transporte público se está convirtiendo en una odisea a raíz de la huelga de la plantilla de Urbanos Amarillos, los usuarios de la zona rural podrán sufrirlo también en sus carnes a partir del día 22, cuando los conductores de Linesur inicien sus propios paros. De esta forma, si persiste la huelga actual el caos será total en todo el municipio, pues no hay que olvidar que con la protesta los viajeros ahora mismo están soportando colas de hasta dos horas.
Ayer, el comité de empresa de Linesur acudió a la Delegación de Empleo a firmar unos servicios mínimos que supondrán un único vehículo por línea, al igual que en el caso de sus compañeros del casco urbano. La suerte, por tanto, está prácticamente echada y salvo que ocurra un 'milagro' los trabajadores secundarán la movilización. El presidente del comité, Alejandro Gómez, informó de todo ello corroborando que esta huelga será también indefinida y durará «lo que tenga que durar» mientras la plantilla no cobre.
Al personal de los autobuses que cubren las barriadas rurales y las pedanías les falta por percibir la mitad de la nómina de junio, más julio y la paga extra. Algo de lo que no culpan en absoluto a la empresa sino al Ayuntamiento, que no les abona lo debido para que puedan hacer frente a los salarios. «La empresa dice que no puede, porque el Ayuntamiento les debe ya dos millones y medio de euros largos y eso en una compañía pequeña lo supone todo. Nosotros entendemos a Linesur». Por ello, consideran que la pelota está en el tejado municipal por completo, e instan al Consistorio a que realice algún pago lo más pronto posible porque es la única solución visible para ellos.
Esperas del doble
Como explicó Gómez, a cada empleado se le deben al menos 4.000 euros, lo que en muchas casas resulta una fortuna en estos tiempos. «Sabemos que el Ayuntamiento se está reuniendo con la empresa y le pedimos por favor que colabore para que no tengamos que ir a la huelga, dependemos de ello y nosotros somos los primeros que queremos seguir prestando el servicio».
El representante del comité se refirió asimismo al perjuicio que todo ello provocará a los usuarios, que según él tendrán que esperar el autobús el doble de tiempo que cualquier otro día normal. Según él, si normalmente el recorrido más largo (de la plaza de Las Angustias hasta Torrecera y vuelta) se solventa en tres cuartos de hora, con solo siete vehículos operativos que es lo que supone uno por línea, se tardará tranquilamente dos horas. «Será el doble, como mínimo -lamenta Gómez-. Por eso a nosotros tampoco nos parecería mal que el Ayuntamiento recurriera los servicios mínimos, como ha hecho con Urbanos Amarillos. Esto, al final, quienes más lo sufren son los viajeros».
La plantilla del transporte del autobús urbano, por su parte, encaró ayer el cuarto día de huelga indefinida con los ánimos «tranquilos», según el comité de empresa, que parece estar resignado ante un conflicto que no tiene visos de solución a corto plazo. «Tenemos calma y seguimos con la moral muy alta -sentenció Juan González, secretario del comité-. Esto será lento, por lo que de seguir así la semana que viene actuaremos en consecuencia, pero siempre dentro de la legalidad. Lo haremos todo con tranquilidad y cabeza».
Los trabajadores volvieron a manifestarse ayer, partiendo de las cocheras para recorrer las principales calles del centro y acabaron nuevamente en la sede de la empresa, donde permanecerán concentrados todas las mañanas. El próximo martes, después de la festividad de la Asunción, concretarán las siguientes medidas a llevar a cabo en el supuesto de que la huelga siga adelante por los impagos y el incumplimiento del convenio colectivo y el pliego de condiciones por parte de Urbanos Amarillos.