Uno de los barcos empleados para cargar hachís. :: LA VOZ
sucesos

Diez detenidos por secuestrar y torturar a un vecino de Chiclana

Los implicados, que pertenecen a una banda liderada por un roteño, le reclamaban a la víctima un cargamento de hachís

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La delincuencia soterrada que acompaña al narcotráfico y que está vinculada a las peleas internas entre organizaciones, cada vez es menos oculta. Hace dos años la Fiscalía Antidroga de Cádiz alertaba del aumento de ajustes de cuentas, secuestros y otros actos violentos propiciados por una competencia atroz por ganar primacía en el negocio de la droga. La 'Operación Toante', difundida ayer por la Guardia Civil, es un ejemplo más de esta delincuencia que cada vez aflora más. Diez personas han sido detenidas por pertenecer a una red de narcotraficantes que secuestró y torturó a una vecino de Chiclana.

El Instituto Armado ha informado que además de la desarticulación de la red, especializada en la distribución de hachís, se han intervenido 571 kilogramos de hachís, nueve turismos, una motocicleta, siete embarcaciones, 29 teléfonos móviles, 2 GPS y un revólver detonador modificado.

La operación se puso en marcha tras la denuncia de la víctima hace unos meses, la cual relató a los agentes que había sido agredida y secuestrada en su propio domicilio por cuatro personas con los rostros ocultos, que portaban armas y un martillo y cuyo interés era saber dónde estaba un alijo de hachís. Habían maltratado a este vecino con una gran dosis de sadismo ya que emplearon, entre otros elementos persuasivos, vinagre que echaban en las numerosas heridas que le provocaban con un martillo. El secuestro llegó a prolongarse durante cuatro horas.

Las investigaciones confirmaron que detrás de esta detención ilegal estaba una organización de narcotraficantes perfectamente jerarquizada, que se dedicaba a la introducción, almacenamiento, custodia y posterior distribución y venta de la sustancia estupefaciente. La droga era traída desde Marruecos mediante embarcaciones tipo fueraborda como suelen hacer las bandas que operan en esta zona del país.

Esta organización era dirigida por un cabecilla quien contaba con una subestructura, formada por tres personas, responsable del «trabajo duro» como ajustes de cuentas y castigos mientras que otros integrantes de la banda se dedicaban a la vigilancia y labores logísticas para transportar los cargamentos, según relataba ayer un comunicado oficial del Instituto Armado.

Los agentes lograron interceptar un envío de 571 kilos de hachís a bordo de una embarcación de recreo que se tenía controlada. Esta actuación se produjo el pasado mes de mayo y como ya informó LA VOZ en su día, la nave fue inmovilizada en el Club Alcázar, en el barrio de Puntales, en la capital.

Al aprehender uno de los cargamentos, los investigadores tenían la confirmación de que estaba detrás de una banda especializada en el narcotráfico, que además contaba con una rama encargada de ajustar cuentas con aquellos que no cumplían con su parte del trato.

Inmobiliaria tapadera

Después de la incautación de la droga, los guardias hicieron un registro de forma simultánea en las localidades gaditanas de Rota, Conil y Chiclana, tanto en domicilios privados como en la sede de una inmobiliaria y en una nave donde se reparaban las embarcaciones que realizaban los viajes entre Marruecos y Cádiz. El negocio inmobiliario servía de tapadera para la organización.

Una vez detenidos, los agentes identificaron al líder de la banda, un vecino de Rota de 32 años, al que se le considera autor de delitos contra la salud pública, detención ilegal y pertenencia a organización criminal.

También identificaron a un vecino de Chiclana, de 36 años, cabeza del subgrupo que constituye el núcleo duro o de confianza del líder y que se encargaba de realizar los ajustes de cuentas. La investigación determina que fue la persona que en compañía de otros tres miembros de la red, ejecutó el secuestro.

El resto de los detenidos tienen edades comprendidas entre los 30 y 40 años, y son vecinos de las localidades gaditanas de Chiclana, Rota, Conil y Cádiz capital.

Todos ellos, junto a los efectos y droga intervenidos, fueron puestos a disposición del titular del juzgado Mixto nº 4 de Chiclana, quien ha decretado el ingreso en prisión de cuatro de los implicados -los cabecillas de las distintas ramas de la rama y de los implicados en el secuestro- y la libertad con cargos a la espera de juicio de los otros seis arrestados.