El panel de la Bolsa de Madrid muestra la evolución del Ibex 35 en la jornada de ayer. :: JOSÉ HUESCA / EFE
Economia

España se asoma al precipicio

Bruselas descarta cualquier rescate, mientras la Bolsa sigue a la deriva tras sufrir la caída más acusada de Europa

MADRID. Actualizado: Guardar
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Pánico. Los mercados no cesan en su ataque y la prima de riesgo rompe el techo de los 400 puntos, y acerca a España al camino del rescate. Una intervención que Bruselas niega de forma tajante. Ni el adelanto electoral, al que muchos atribuían cualidades paliativas, ni el acuerdo sobre el techo de deuda en EE UU han servido para contener el acoso de los inversores. Y es que cuando el llamado mercado, inundado de especuladores, elige su presa, no la suelta. En este caso, los grandes países de la periferia europea. El coste de la deuda se dispara sin remedio y aleja la tan ansiada recuperación, mientras la Bolsa sigue hundida, en niveles de hace más de un año.

Tras un 'lunes negro', un 'martes de infarto'. El ataque se iniciaba antes, incluso, de la apertura de los parqués. Y de nuevo contra los mismos. Agotados Grecia, Irlanda y Portugal, España e Italia pagaban la incertidumbre sobre la marcha de la economía a uno y otro lado del océano Atlántico.

La prima de riesgo, que refleja la diferencia entre el tipo de interés que se pide en el mercado secundario a los bonos a diez años españoles y alemanes, comenzaba el día subiendo como la espuma. Imparable, y azuzada sin duda por la volatilidad propia de estos días de agosto, en los que el escaso negocio que se realiza hace que apuestas no demasiado significativas provoquen grandes movimientos. La temida prima y con ella el coste que se impone a la deuda española avanzaban hacia niveles que nadie quería ver en las pantallas. Y llegaron los 400 puntos. Y más allá. El indicador alcanzó los 404 puntos básicos, con un tipo de interés de los bonos de referencia del 6,45%. Se rompían todos los récords desde la llegada del euro. Más tarde, rumores de compras desde China calmaron los ánimos y la prima perdió fuerza hasta bajar a los 385 puntos. Al tiempo, el papel que emitía el Tesoro alemán perdía rentabilidad al verse inundado de peticiones por ser considerado un valor refugio en este momento de incertidumbre, lo que ensanchaba aún más el diferencial con el español.

La prima de riesgo en sí no es el interés que España deba pagar obligatoriamente, pero marca la tendencia para las nuevas colocaciones. Y, ¿casualidad?, el Tesoro tiene previsto mañana sacar al mercado hasta 3.500 millones de euros en bonos a tres y cuatro años de plazo. A nadie se le escapa que la colocación saldrá muchísimo más cara. Así ha sucedido en las últimas ocasiones en las que España vendía papel con el que financiarse. El otro gran damnificado, Italia, marcaba también cotas inéditas en su particular vía crucis en los mercados y su prima de riesgo se acercaba a los 400 puntos. Como víctima colateral, Bélgica, que también tocó máximos desde la llegada del euro.

El gran problema, más allá del impacto momentáneo, es que la prima de riesgo española se instale, no ya en el entorno de los 400 puntos básicos, sino más allá de los 300. Si ese escenario se consolida, aunque el Estado tenga músculo para soportar vencimientos y refinanciaciones, el acceso al dinero será una misión imposible para todos, incluidas las empresas y, por supuesto, los particulares. Si el mercado da por hecho que España ha de pagar semejante peaje, la inversión y la creación de empleo serán casi imposibles. Y eso alejaría la recuperación que el país necesita para, precisamente, vencer las dudas. Todo un círculo vicioso de consecuencias impredecibles. Como recordó en su día el presidente del BBVA, Francisco González, por cada cien puntos que avance la prima de riesgo, España afrontará un sobrecoste de 12.400 millones de euros, un 1,2% del Producto Interior Bruto (PIB) y el dinero suficiente para crear 160.000 empleos.

Confianza

Bruselas no dejó pasar el tiempo y salió presta a dar la cara por España, sabedora de que esta e Italia son economías sistémicas, consideradas como demasiado grandes para caer. «Un plan de ayuda o rescate (para España) desde luego que no está encima de la mesa; no es una cuestión que se discuta», zanjó la Comisión.

Y añadió que las autoridades europeas mantienen toda su confianza en España e Italia, cuyos planes de ajuste siguen «de cerca» y entienden que marchan «por la vía correcta» para enderezar el rumbo. Uno y otro país, sentenció, están haciendo «lo correcto», se mantienen en contacto permanente con las autoridades comunitarias y tienen toda la «voluntad» de cumplir con las reformas pactadas en la UE. La portavoz desmintió las informaciones que, la víspera y desde el 'Wall Street Journal', insinuaban la posibilidad de que España e Italia fueran eximidas del próximo pago del plan de rescate a Grecia. «Esos rumores no tienen fundamento», afirmó.

En las Bolsas, el Ibex sufrió la caída más acusada en toda Europa, a excepción de Milán (2,5%). El selectivo español cedió un 2,18% hasta los 9.114 puntos, lo que supone que en lo que va de año ha cedido ya un 7,5%. Todos los bancos perdieron más de un 2%. Telefónica se dejó un 1% y Repsol, un 2,3%. El euro mantuvo el tipo respecto al dólar gracias a unos pobres datos macroeconómicos en EE UU, que tampoco ayudaron a las Bolsas.