
Tirotea a un matrimonio y encañona a los agentes antes de ser detenido
El agresor, vecino de las víctimas en Puerto Serrano, descargó su ira por un supuesto insulto; después protagonizó una huida de película
CÁDIZ. Actualizado: GuardarEl calor insoportable dicen que puede modificar la conducta de una persona hasta límites insospechados. Quizás esta circunstancia amable explique la reacción violenta de un vecino de Puerto Serrano, que en mitad de una discusión verbal sacó una pistola, tiroteó a un matrimonio que vive al lado suya para terminar protagonizando una huida de película. La historia podría haber sido más sangrienta si el arma no se le hubiera encasquillado justo cuando encañonaba a los agentes que finalmente lograron detenerlo. En Puerto Serrano se siguen preguntando qué le pasó por la cabeza a Domingo Gil Soria, de 48 años.
Sin antecedentes violentos y una conducta poco conflictiva, a Domingo Gil lo sitúan los testigos la noche del pasado miércoles en las proximidades de su domicilio, en el Camino del Matadero, recriminándole a Dolores Chacón, su vecina, que le había insultado. Ella se lo negó y la respuesta del detenido fue sacar una pistola Blow de 9 mm, un arma corta con la que efectuó un primer disparo contra la mujer. Por suerte, la puntería no fue buena y la bala le rozó el vientre a la víctima.
Siguiendo con el relato sobre el que trabaja la Guardia Civil, Dolores Chacón salió corriendo hacia su casa y el agresor no contento con el primer disparo efectuó otro que no llegó a impactar en la mujer, que logró refugiarse en su casa. Domingo fue detrás suya y al llegar al portal, se encontró al marido de su vecina, sentado en el exterior y arremetió contra él, volviendo a accionar su arma. Antonio Morales no tuvo tiempo de reaccionar y recibió un disparo a la altura del pecho. Fuentes cercanas al caso indicaron que el impacto de la bala le fracturó una costilla.
La segunda víctima trató de zafarse del agresor, que nuevamente disparó pero erró en esta ocasión. La bala acabó alojada en un coche que había aparcado al lado. Ese casquillo fue recuperado por los agentes y coincide con el arma que le intervinieron a Domingo Gil en el momento del arresto.
De repente y tras haber herido a su vecino, paró en seco y salió huyendo del lugar. Cuando la Guardia Civil fue alertada desplegó de inmediato un dispositivo de rastreo para dar con Domingo, a quien vieron marcharse en su coche, un BMW. Los agentes supieron que el agresor tiene una propiedad en Bornos y sospecharon que pudiera dirigirse hacia allá. La operación de detención se centró en vigilar todos los accesos a Puerto Serrano y las carreteras que unen hacia localidades próximas como Villamartín.
La huida de Domingo duró toda la noche y no fue hasta ayer, al mediodía, cuando la Guardia Civil logró dar con él. El detenido abandonó antes de salir del pueblo su vehículo y lo cambió por un ciclomotor con el que se sospecha que iba a dirigirse hacia Bornos.
En torno al mediodía fue arrestado en un camino rural, a tres kilómetros de Villamartín. Momentos antes había abandonado la moto y había optado por proseguir a pie. Los investigadores sospechan que pudo ver alguna de las patrullas que le seguían los pasos y decidió probar suerte adentrándose por un camino rural.
Según las mismas fuentes consultadas, Domingo actuó como gato encerrado y al verse acorralado, sacó de nuevo su arma y encañonó a los miembros del área de investigación del puesto de Villamartín. La pistola se encasquilló y no pudo disparar, quedando a merced de los agentes que procedieron a su arresto. De allí fue llevado al cuartel de Villamartín, donde quedó recluido en los calabozos a la espera de que sea puesto a disposición judicial.
Las víctimas, de unos 40 años, fueron trasladadas por los vecinos primero al ambulatorio y desde allí fueron enviados al hospital Virgen de las Montañas. Dolores recibió el alta horas después tras practicarle diez puntos de sutura en la herida que le causó la bala en el abdomen. El estado de su marido es más grave y fue evacuado a la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Jerez, donde al cierre de esta edición seguía ingresado.