Sociedad

La 'colección Malaspina' llega a la Universidad de Cádiz

Un total de 5.600 muestras de zooplancton están ya en el Centro Andaluz de Ciencia y Tecnología Marinas

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Un día después de que llegara a Cartagena el buque oceanográfico Hespérides, las muestras de zooplancton recogidas durante los siete meses que ha durado la Expedición Malaspina 2010 recalaron en el campus de Puerto Real de la Universidad de Cádiz, donde permanecerán disponibles para los investigadores durante las próximas tres décadas.

Los restos de estos pequeños organismos que forman parte de la 'colección Malaspina', en total 5.600 muestras, llegaron anoche en un tráiler directamente desde Murcia. Según el responsable de la colección, el investigador gaditano Ignacio González Gordillo, «tenemos una habitación preparada para que estén ahí durante 30 años». Este almacén se encuentra en el Centro Andaluz de Ciencia y Tecnología Marinas (CACYTMAR) y será custodiado por el grupo de Ecología de la UCA.

Durante los cuatro primeros años, estas muestras estarán disponibles únicamente para los estudiantes de doctorado, «para que no haya problemas y nadie les pise los datos». Después, a los cinco años, la restricción se extenderá a todos los investigadores del proyecto Malaspina. Por último, a los diez años, cualquier investigador podrá tener acceso a la colección.

«Vamos a hacer un censo y un archivo que podrá consultarse desde internet», apunta González Gordillo, que ha participado en la primera y última etapas de la circunnavegación de Malaspina.

La mitad de las muestras está conservada en formol, «y serán las que más manipulemos»; la otra mitad se conservará en etanol, y será usada para llevar a cabo «análisis de genética con técnicas de biología molecular». Eso sí, debido a lo rápido que avanzan estas técnicas, por el momento se guardará a la espera de realizar análisis más precisos.

Se trata de una colección «irrepetible», que dará trabajo a investigadores durante tres décadas, según las previsiones de los expertos, que auguran grandes avances en el futuro en materia de alimentación, biomedicina y energía. «Aunque hemos hecho muchas observaciones durante la travesía, los verdaderos hallazgos se darán a partir de ahora», asegura el especialista en oceanografía de la UCA.

El océano profundo

Precisamente, gran parte de las muestras tomadas durante la expedición se han realizado gracias a su patente, un dispositivo que mejora el tradicional sistema de botellas oceanográficas y que ha permitido registrar muestras a más de cuatro mil metros de profundidad, zonas del océano profundo que nunca antes se habían documentado.

«Hemos tomado un total de 147 muestras con la roseta», que no ha registrado grandes problemas en su funcionamiento. Lo único, que «al poco tiempo nos dimos cuenta que las redes que usábamos se colmataban a los diez días y no al mes como pensábamos».

Durante la travesía, los más de 400 científicos que se encontraban a bordo tomaron 120.000 muestras, no solo de plancton, sino también de agua, aire y gases. Así, entre otras, «hay muestras de virus, o de isótopos... que van a ir a parar a otros centros de investigación españoles».