Colegio mayor Beato Diego. Edificio cerrado desde 2002 en el eje maldito Parque Genovés-Caleta. Se han anunciado varios proyectos, nunca cumplidos. La Junta reiteró ayer el aviso de inicio de obras. :: LA VOZ
la toma de valcárcel

Los ‘okupas’ de Valcárcel señalan otros cinco edificios públicos «a recuperar»

Los portavoces del grupo que ha entrado en el histórico hospicio viñero mencionan hasta cinco inmuebles a reconquistar por los ciudadanos. La plataforma de Valcárcel admite que Olivillo, Náutica o Tiempo Libre merecerían idéntica actuación

Cádiz Actualizado: Guardar
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Una de las muchas contradicciones de la bipolar capital gaditana es que sus habitantes, y representantes públicos, se han acostumbrado a lamentar su crónica falta de suelo para justificar buena parte de sus carencias sociales y económicas. Mientras, ven como queda sin uso un solar tras otro. Resulta indiscutible que, con 4,4 kilómetros cuadrados de superficie urbanizable, es la capital de provincia española con menor tamaño. Su expansión es imposible, además. Pero esa realidad geográfica convive con la sensación de que, durante la década anterior, ha crecido notablemente el número de terrenos y edificios abandonados en la práctica sin utilización ni proyecto inminente para dársela. Son, además, suelos y edificios de ubicación estratégica e, incluso, carácter histórico.

Esta percepción aparece, dentro de un complejo entramado de argumentos, detrás de la 'okupación' que desde el pasado sábado 18 de junio protagoniza un creciente número de jóvenes en el antiguo colegio y hospicio de Valcárcel.

El más emblemático edificio de La Viña, cerrado y sin uso durante los diez últimos años, tras casi 350 años de vida, frente a La Caleta, ha sido el objetivo de esta primera actuación «ciudadana». Tiene por objetivo resaltar el abandono de construcciones de carácter simbólico que permanecen sin uso alguno en una ciudad llena de necesidades, especialmente en materia laboral. El hecho de que la primera 'okupación' se haya convertido en un éxito para sus promotores, que ni siquiera haya mecanismos legales para expulsarles ni pedirles responsabilidades por vía legal supone un acicate para sus postulados.

De hecho, uno de los argumentos jurídicos que les priva de una denuncia inmediata es que los edificios son de carácter público, no tienen inquilinos ni ocupantes y, además, no se usa la fuerza en su ocupación. Según ese criterio, los que ahora han convertido Valcárcel en una «casa del pueblo» podrían extender su actuación a otros edificios de la ciudad.

Los portavoces de la plataforma Valcárcel advierten de que «este proceso de especulación y privatización sobre bienes patrimoniales de la ciudad de Cádiz, en detrimento de su uso ciudadano, no es único» en el edificio viñero. Hay más tarea por hacer, más que ocupar.

Afirman, en público, de viva voz y por escrito, que hay otros inmuebles de gran superficie, espléndida ubicación y valor histórico que también permanecen abandonados con el supuesto perjuicio social que eso supone.

De hecho, añaden cinco ejemplos, que podrían formar una lista de los inmuebles que reúnen los requisitos para acompañar en la lista de 'okupación' a Valcárcel. Los mismos representantes de la actuación en el edificio viñero afirman que hay otros casos idénticos que merecerían el mismo proceder y citan, expresamente, la «antigua Escuela Náutica, El Olivillo, club Marte, colegio mayor Beato Diego y residencia de Tiempo Libre», aunque añaden un ambiguo «etcétera» en su relación.

De hecho, el grupo Valcárcel Recuperado, habla en plural cuando cita la «necesidad» de recuperar «espacios de encuentro y de uso para la ciudadanía, en los que pueda desarrollar sus iniciativas y gestionar sus propias necesidades».

Por supuesto, los portavoces del movimiento eluden anunciar nuevas ocupaciones de edificios públicos sin uso actual puesto que perderían el fundamental factor sorpresa que necesitan para evitar la actuación policial. Una vez dentro, sin usar violencia y dado que no hay trabajadores ni inquilinos en la actualidad, la legislación es muy ambigua a la hora de permitir que se les desaloje.

Si querían resaltar el número de grandes edificios sin actividad en una ciudad tan limitada en espacio como Cádiz, lo han logrado.