Economia

La Eurozona alerta del «hartazgo» de los 'indignados' por los recortes sociales

Los socios de la moneda única toman nota de la «visible» oposición que se pone de manifiesto en España y Grecia

LUXEMBURGO. Actualizado: Guardar
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Los ecos de las manifestaciones de los 'indignados' en España llegaron hasta la cumbre de ministros de Economía de la zona euro. En plenas negociaciones para evitar la bancarrota de Grecia, tanto el comisario del ramo, Olli Rehn, como el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, llamaron a no dar la espalda a las protestas y acelerar los ajustes necesarios para cerrar las heridas de la crisis. «El hartazgo por las reformas es visible en las calles de Atenas, Madrid y otras ciudades», advirtió Rehn antes de apostar por «tender puentes» para evitar una profunda fractura social.

Las reuniones de los 17 países de la Eurozona están plagadas de enrevesados conceptos técnicos y medidas que, en la mayoría de los casos, parecen muy alejadas de las cuestiones más cotidianas. Ayer, sin embargo, la presión de las manifestaciones ciudadanas se dejó notar en el complejo que acoge las instituciones europeas en Luxemburgo. El comisario de Economía, que hasta ahora había alertado del «cansancio» por las sucesivos planes de rescate en los países más ricos, advirtió de que otro tipo de hartazgo empieza a calar en las calles europeas.

Rehn se refirió explícitamente a las protestas que han prendido desde hace varias semanas en España y Grecia. A su juicio, no debe ignorarse esta situación porque hace «visible» el malestar de importantes sectores de la población con los duros planes de ajuste exigidos a escala comunitaria. El comisario finlandés abogó por actuar con prudencia y «tender puentes con determinación», pero sin olvidar que es necesario «proseguir con las reformas en esta coyuntura crucial» para la estabilidad de la zona euro.

El presidente del Eurogrupo, menos dado a las reflexiones de corte social, alertó de que las manifestaciones pueden tener «un efecto contagioso capaz de extenderse a poblaciones enteras». «El pueblo griego, para poder respirar, necesita esperanza», proclamó en referencia a esas posibles ayudas que se diseñarían cuando se estabilicen los mercados.

Quinto plazo

Hasta que llegue el momento de la tranquilidad para la moneda única, el mensaje del Eurogrupo es que los recortes son el único camino. Grecia puede volver a atestiguarlo porque le exigen aprobar un ambicioso programa de ajustes hasta 2015 para recibir el nuevo plazo del rescate de 110.000 millones articulado en 2010. La entrega de este cheque de 12.000 millones parecía encarrilada desde el pacto alcanzado el viernes entre Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, pero en Luxemburgo quedó claro que Alemania no se rascará gratis el bolsillo.

Los ministros de Economía retrasaron la entrega de los fondos para llevar al límite la presión sobre Atenas. El dinero, indispensable para que Grecia haga frente al pago de la deuda que le vence a lo largo del verano, no se transferirá hasta que el Ejecutivo no pase el voto de confianza previsto en el Parlamento esta semana. Una vez cumplido este trámite, el Eurogrupo exige que la cámara helena también respalde el durísimo programa de recortes. El plan, que asciende a 78.000 millones en cuatro años, incluye subidas de impuestos, cierre de entidades públicas y decenas de privatizaciones.

Pese a que el Ejecutivo heleno ya ha aprobado los ajustes, el gobernante partido socialista (Pasok) vive una profunda crisis interna que se tradujo en una remodelación del Gobierno. El temor es que estas disensiones puedan impedir que la formación de izquierdas, que cuenta con mayoría absoluta, saque adelante el plan de recortes en el Parlamento. Por ello, los socios del euro parecen dispuestos a permitirle al Ejecutivo que retoque aspectos para aplacar la contestación en las calles. Estos cambios nunca podrán variar los números globales del ajuste, que este año asciende a 6.400 millones.

Las modificaciones en el programa griego empezarán a estudiarse con la llegada a Atenas de los emisarios de la UE, el BCE y el FMI. «Realmente, confío en que el Parlamento aprobará el programa», pronosticó ayer el primer ministro heleno, George Papandreu, tras otra visita a Bruselas. Si sus previsiones se cumplen, el Eurogrupo desbloqueará los 12.000 millones en una cumbre extraordinaria el 3 de julio. En cuanto al segundo rescate, los avances son mínimos, pero la implicación de los bancos será voluntaria y «sin presiones» para no desatar la ira de los mercados.