La alergia alimentaria ya no es un problema para comer fuera
Los hosteleros gaditanos se sensibilizan con los que padecen estas intolerancias y proponen menús especiales y una atención más personal
CÁDIZ. Actualizado: GuardarLas alergias alimentarias son un importante enemigo de la hostelería. El temor a una posible reacción hace que muchos afectados opten por quedarse en casa en lugar de disfrutar de una comida en la calle. La Sociedad Andaluza para el Estudio de Intolerancias Alimentarias (SAEIA) compartió ayer una jornada de debate con hosteleros gaditanos para hablar de los principales problemas que sufren los que las padecen. Lo hizo dentro del programa de su segundo congreso que se celebra en Cádiz. Según explicó el presidente, Félix López Elorza, en torno al 50% de la población tiene algún tipo de alergia con un mayor o menor grado de afectación. La proporción sorprendió a los que participaron en el encuentro, organizado en la sede de la Confederación de Empresarios. La mayoría tiene una sintomatología leve, pero un buen número de personas «se retira totalmente de la vida social ante el temor de no saber cómo se cocinan los platos», resaltó el doctor López Elorza.
El presidente de Horeca, Antonio de María, insistió en la importancia de que «el cliente informe al restaurante de que sufre algún tipo de alergia alimentaria». De esta manera se podrán hacer platos especiales o se extremará en el cuidado de no mezclar productos que puedan hacer daño al afectado.
Precisamente, la patronal gaditana lleva cuatro años desarrollando la iniciativa menús cardiosaludables, que además de hacer recomendaciones sobre hábitos de alimentación sanos, incluyen los ingredientes con los que se elaboran los platos y toda la información referente al menú. Se trata de un programa informático que pronto estará en los principales restaurantes. De María adelantó que «ya se han realizado las pruebas y los menús y recetas se han traducido a más de una decena de idiomas, incluyendo algunos como el japonés, el chino, el griego o el ruso.
El presidente de la sociedad científica reconoció que «el cliente que sufre alguna alergia de este tipo es tremendamente fácil de fidelizar». Avanzó que «cuando encuentra un local de confianza en el que le preguntan si tiene o no alguna intolerancia, siempre repite y lo recomienda a aquellos que sufren su mismo problema». Por eso mismo, instó a los negocios gaditanos a trabajar en la sensibilización en este tipo de cuestiones, porque puede suponer un importante nicho de mercado.
Las intolerancias más habituaciones son a la lactosa y al gluten. Ambas resultan tremendamente importantes, puesto que un buen número de alimentos se hacen con estos dos productos. Ejemplos de ello son los embutidos, los fiambres, las bolsas de patatas fritas o incluso los panes.