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Once años de cárcel por violar a una menor en la feria de Barbate

El condenado y otros dos adolescentes que ya han sido juzgados, obligaron a la víctima a practicarle una felación a cada uno

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Sus propias contradicciones le van a llevar a la cárcel. Ofrecer hasta cuatro versiones distintas de lo que pudo ocurrir la madrugada del 18 de julio de 2008 en la feria de Barbate ha sido la prueba incriminatoria que ha terminado por inclinar la balanza en su contra. David T. D., de 20 años, ha sido sentenciado a once -más de la mitad de los años que ya ha cumplido de vida- por forzar a una niña de 14 años a practicarle una felación. En los abusos también participaron otros dos menores que fueron procesados y condenados en otra vista oral. La sentencia, dictada por la Audiencia Provincial, no es firme e incluye una indemnización de 30.000 euros y una prohibición expresa de acercamiento a la chica.

Hace dos años, la víctima y una amiga estaban celebrando la feria de Barbate cuando sobre la una de la mañana se dirigieron hacia la zona de pinares, próxima a la playa de la Hierbabuena para orinar. El relato de hechos probados de la sentencia indica que las niñas se encontraron con varios chicos del pueblo, entre ellos el acusado y los otros dos menores procesados. La acompañante de la víctima fue apartada por uno de los implicados que se la llevó hacia otro lugar. Fue el momento que aprovechó el acusado para forzar a la joven a que le realizara una felación a él y a sus dos amigos. Para ello la sujetaron de los hombros y la cabeza y la obligaron a permanecer de rodillas.

El tribunal de la Sección Cuarta se fijó especialmente, a la hora de analizar y enjuiciar los hechos, en las declaraciones efectuadas por el ahora condenado. Al dar varias versiones a lo largo del procedimiento lo despojan de cualquier verosimilitud. Durante el juicio que se celebró, a puerta cerrada, a finales de abril, David T. D. aseguró que la víctima había practicado sexo oral de forma voluntaria. Era la primera vez que lo contaba.

Cuando fue detenido por la Guardia Civil hace tres años aseguró que la víctima se estaba enrollando con dos chicos a la vez y al ver la escena decidió marcharse con un amigo. Un mes después, ante el juez, el joven testificó que no eran dos amigos sino uno quien intercambió besos con la chica, pero que él en ningún momento llegó a tocarla. Posteriormente, ya en febrero de 2010, volvió a introducir elementos nuevos al relato que había construido en la anterior ocasión. «La disparidad de manifestaciones en sus cuatro declaraciones llevan a que no dotemos de credibilidad alguna su testimonio exculpatorio», dice la sentencia.

Tampoco le han valido al tribunal las declaraciones de los amigos del condenado que llegaron a definir lo ocurrido de «tonterías de niños», pero sin arrojar más datos.

Todo lo contrario ha sucedido con la víctima, que durante dos años ha mantenido el mismo testimonio. Además, la acusación contaba con el relato de varios testigos que vieron cómo la chica regresaba del pinar muy alterada y con la ropa rota; o el de los forenses que la sometieron a una exploración y vieron secuelas psíquicas de la violación sufrida.

Al no contar con antecedentes, el condenado ha estado en libertad con cargos; una situación que se puede prorrogar si la defensa recurre este fallo.