MILENIO

WALLANDER Y EL PP

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Cubriendo las espaldas del líder Javier Arenas, gaditano del interior, suele colocarse, silencioso como un espía de la guerra fría, su hombre de confianza y lugarteniente en el protocolo de los populares andaluces, Antonio Sanz, de esos que gritan «¡ A mí el pelotón, que los arrollo!» Y es cierto, Sanz es capaz de poner firme al añorado Paco Álvarez Cascos. Qué tiempos aquello. Gaditano, también, pero más urbano.

Unos y otros la tienen tomada con el sufrido líder Griñán, un señor que no insulta a nadie pero, sin embargo, el notable recibe cada día un buen número de desplantes, afrentas e improperios de taberna, de los ejecutivos patrios del PP. Natural. Ya no están operativos demonios como Alfonso Guerra, Pepe Caballos, Enrique Linde o Rejón 'el bueno'. Épocas distintas, sencillamente.

Pero estamos haciéndole el seguimiento al escurridizo Arenas,que llega a los espacios socialistas, da los buenos días y pone cara de negociador generoso. Pero los socialistas no están para golpecitos en las espaldas. Han perdido casi tres cuartas partes del Estado español y siguen resistiéndose a aceptar la posibilidad del muy anunciado 'cambio de ciclo'.

Así, pues, el tándem Arenas/Sanz, como otros oficiales del PP, anda mirando bajo las alfombras para descubrir los dineros que han desaparecido de las arcas públicas en los últimos trienios. Claro. Sobre el Levante español no indagan nada, al respecto, y menos aún en las Baleares, pensaran los socialistas. Pero es lógico. Lo de Castilla-la Mancha nunca se sabrá y lo del Reino de Valencia ni el detective sueco,Kurt Wallander, el personaje literario creado por el escritor sueco Henning Mankell, se prestaría nunca a meterse en política, aunque su hija, socialdemócrata como la mayoría de los suecos, y policía de profesión, sí aceptaría una investigación sobre los pufos de los neoliberales.

Lo que de momento se ignora es cómo gobernaran las huestes del huidizo Rajoy, amable señor pero de convicciones estratégicas muy volátiles. Se supone, en cualquier caso, que su partido lo arropará con mimo en las sesiones parlamentarias y en los mítines públicos. En cualquier caso, el ciclón Arenas siempre estaría dispuesto a proteger a su líder. Por cierto, hay que recomendarle al líder del PP andaluz que si llegara gobernar en Andalucía que no toque el calendario festivo con el argumento de la crisis y las penurias de cada uno.