Eloy Sánchez-Gijón (izq.) y su abogado, ayer a la salida del juicio en la Audiencia Provincial. :: A. VÁZQUEZ
Ciudadanos

El fiscal retira todos los cargos contra el dueño del chiringuito La Gata

El exsocio en el bar pide para Eloy Sánchez-Gijón ocho años y medio de cárcel por ocultarle los libros de cuentas del negocio

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Ayer, en la Audiencia Provincial de Cádiz, el fiscal abandonó su papel de acusador y tomó el de la defensa. Se celebraba el juicio al ex dueño del famoso chiringuito de La Gata (en Zahara de los Atunes) y hermano de la actriz Aitana Sánchez-Gijón: Eloy, que había sido denunciado por uno de sus exsocios por haberle impedido supuestamente la consulta de la contabilidad durante dos años. Además, el excompañero en la empresa le acusaba haber cometido supuestamente un delito de falsedad en una junta de accionistas y la apropiación indebida de parte de los beneficios. Por todo ello, solicitaba para Eloy una pena de ocho años y medio de cárcel.

El fiscal, en cambio, no tenía tan claro que el hostelero fuera responsable de tantas culpas. De hecho, en un principio el Ministerio Público solo imputaba a Sánchez-Gijón un delito societario y le pedía una multa de 3.240 euros. Pero al finalizar el juicio, tras escuchar a los diversos testigos llamados a declarar, el representante de la Fiscalía decidió retirar todos los cargos y solicitó la absolución del exempresario, que hace un año se vendió el famoso chiringuito de Zahara, todo un referente cultural en la zona por sus conciertos y la afluencia de caras famosas durante el verano. El negocio había sufrido un duro revés en el verano de 2009, cuando fue clausurado a mitad de julio por la Subdelegación del Gobierno por permitir supuestamente el consumo de hachís en el local. Eloy y varios trabajadores llegaron a ponerse en huelga de hambre, aunque todo quedó en una multa administrativa.

El cambio de opinión del fiscal ayer no se debía a otra cosa que el cumplimiento estricto de su función: «defender la legalidad» y actuar en consecuencia. El mismo representante público reconoció en su informe final que lo ocurrido entre los dos socios podría haberse juzgado por la vía civil o la mercantil, por una disputa en la manera de llevar las cuentas de la empresa. Pero no cabía recurrir a la vía penal, pues según el fiscal, no había pruebas de que se diera delito alguno. Por ello retiró la acusación.

El exsocio que denunció a Eloy Sánchez-Gijón era dueño de un 25% del chiringuito, y según él, el acusado (propietario del 50%) le impidió consultar los libros de cuentas de la empresa entre 2005 y 2006. Además, le acusaba de haber organizado una junta de accionistas fraudulenta para liquidar la empresa y de haberse apropiado de los beneficios del chiringuito. Sánchez-Gijón, en cambio, alegó ayer que su exsocio, que se encontraba en prisión durante esos dos años, estaba al tanto de la contabilidad pues era su esposa quien regentaba el local en el turno de noche.

No ocultó, eso sí, que durante 2005 surgieron tensiones entre el administrador y la esposa de su exsocio, lo que acabó en la liquidación de la empresa. Esta mujer insistió ayer que en varias ocasiones Eloy y su mujer le negaron consultar las cuentas, que la despidieron y que «tenía pánico» del acusado, después de una pelea que supuestamente protagonizaron. Por eso, según ella, se ausentó de una junta de accionistas a la que fue convocada en nombre de su marido: no quería cruzarse con él. Sin embargo, el fiscal considera que eso no era excusa suficiente y que pudo haber enviado a alguien en su lugar. Lo que era evidente es que en aquella junta, se le ofrecieron las cuentas.