La crisis amenaza la subsistencia de la Asociación Síndrome de Down
Los nueve monitores de la entidad llevan cuatro meses sin cobrar por el retraso de las ayudas y se plantean echar el cierre a las instalaciones
CÁDIZ. Actualizado: GuardarRaúl, Jorge, Claudia, Sandra, Isabel o Irene se han convertido en la cara más dolorosa de la crisis. Ellos no entienden de índices económicos ni de hipotecas, pero conocen a la perfección lo que significa la palabra lucha. Son algunos de los alumnos de la Asociación Síndrome de Down de Cádiz y, desde hace algunos meses, ven amenazados sus puestos en el centro por circunstancias que nunca llegarán a comprender. La entidad a la que pertenecen se encuentra acorralada, asfixiada por la pérdida de subvenciones, hasta el punto que ya se ha planteado la posibilidad de cerrar las instalaciones.
La coordinadora de proyectos, Patricia Piñeiro, asegura que los monitores llevan ya cuatro meses sin cobrar sus nóminas, ya que las administraciones aún no les han abonado parte de las ayudas correspondientes al año 2010. «Así no podemos seguir, así que estamos intentando buscar soluciones, como la organización de actos benéficos para conseguir fondos», apuntó una de las responsables, que también abrió las puertas a una posible privatización de la entidad. En la actualidad, son nueve los empleados que tiene la asociación, que a pesar de no cobrar sus sueldos, siguen acudiendo a sus puestos de trabajo todos los días. «Seguimos viniendo a trabajar porque en esta labor hay mucho de vocacional y sabemos que si no venimos nuestros alumnos se van a quedar sin hacer nada, pero todos tenemos hijos y bocas que alimentar. Llegará un momento en el que no podamos aguantar más», añadió Piñeiro.
Mientras tanto, sus instalaciones en el Centro Eduardo Benot siguen funcionando a pleno rendimiento. Los 55 alumnos con los que cuentan en la actualidad-desde recién nacidos hasta adultos- pueden disfrutar desde los programas de atención temprana, servicio de logopeda, apoyo escolar, desarrollo de habilidades sociales, así como el programa de inserción laboral, que ya ha permitido a varios alumnos realizar prácticas en empresas de la ciudad con muy buenos resultados. El propio centro tiene incluso una empresa de jardinería, donde tiene contratada a varios alumnos, que ofrece servicios externos. En este aspecto, la entidad ha conseguido también impartir un ciclo de Formación Profesional Ocupacional, que abre aún más las puertas a los socios para integrarse en el mercado laboral.
El duro trabajo de los monitores y de los propios estudiantes espera ahora obtener una recompensa... que sería mantener abiertas las puertas del que ha sido la casa y la esperanza de muchas familias gaditanas.