«Me iré al paro con mi profesión olvidada, la metalurgia»

José Antonio Barroso nunca se ha caracterizado por tener pelos en la lengua a la hora de hablar sobre cualquier tema. Quizás esta sea una de las razones por las que el «pueblo de Puerto Real se ha hartado de mí» y le ha pedido que se vaya. Barroso ha sido todo un referente en la política de Puerto Real con más de 30 años como municipal a su espalda. Solo un pacto en 1995 consiguió que estuviera durante 4 años en la oposición, un lugar al que ahora, tras el fracaso obtenido el 22M, no volverá.

-Los ciudadanos hablaron, ¿y ahora qué?

-Se abre una nueva etapa para mí porque será la primera vez que no sea ni concejal ni alcalde, aunque seguiré trabajando como militante del Partido Comunista y de Izquierda Unida. Además continuaré como contertuliano en un programa de radio en Onda Cero y, bueno, también estaré a disposición de mi partido siempre que quiera.

-Ya no habrá limitaciones institucionales...

-A partir de ahora me será más fácil opinar porque podré dar mi opinión personal ya que ya no represento a Puerto Real. Siempre me he expresado como he creído oportuno y como lo he sentido pero también es cierto que siempre ha estado ahí el condicionante institucional.

-Se acaba una etapa, la era Barroso...

-A mediados de junio terminaré mi contrato con la Diputación Provincial, puesto por el que estaba liberado y a partir de entonces irá a la oficina del Servicio Andaluz de Empleo (SAE) para apuntarme el paro.

-¿Qué pondrá en su currículum después de casi 30 años como alcalde?

-Tendré que recuperar mi profesión olvidada, la de la metalurgia.

-Vistos los resultados obtenidos, ¿cambiaría algo de lo realizado en estos últimos 15 días?

-La nueva hornada política tiene mucho de marketing y aquí en Puerto Real ha funcionado muy bien. La propaganda unida al hartazgo de la población de Barroso y a la capacidad económica han sido determinantes. Nosotros no hemos podido competir contra el tsunami de imagen y optamos por el trabajo diario en el Ayuntamiento. Pero ahora hay que gobernar e Izquierda Unida hará una oposición constructiva.

-¿Con qué se queda de todos estos años como alcalde?

-Me quedo con el cariño expresado con altibajos de la ciudadanía de Puerto Real. Con la convicción de que la ciudadanía necesita cierta perspectiva para valorar todo el trabajo realizado. En lo particular me quedo con la política que hemos realizado. Puedo irme por la puerta grande sin una sola mácula. Entré en el Ayuntamiento con una casa y el salario de astilleros y me voy sin patrimonio alguno y viviendo en casa de mi pareja y sus hijos. Fenómenos como el de Barroso con 8 legislaturas consecutivas va a ser muy difícil que se vuelva a repetir.

-¿Hay algún proyecto en especial que le hubiera gustado ver terminar antes de irse?

-Muchos. La crisis nos ha golpeado duramente. Si hubiera llegado en 2010, la ciudad de Puerto Real hoy día sería completamente distinta. Los polígonos que está ahora incompletos se hubieran desarrollado y hasta se podría haber comenzado alguna fase de las Aletas. El centro comercial abierto es otra de las espinas clavadas, sobre todo porque la previsión de empleo era de 1.500 puestos de trabajo.