Tribuna

La revolución de los caralibro

PRESIDENTE DE LA FACONAUTO Y ACOAUTO Actualizado: Guardar
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El exitazo de las manifestaciones convocadas durante la semana pasada por el movimiento 'democracia real' le da un merecido toque de dinamismo a las previsibles elecciones de desgaste que estamos viviendo estos días en España. Lo que ha pasado no es otra cosa que la inesperada llegada a España de lo que en su día algunos dieron por llamar la 'twitter revolution' que empezó en Manila en el 2002, pasando por Moldavia, Túnez y Egipto para terminar con sus huesos ni más ni menos la semana pasada en la Puerta del Sol. La masiva acogida que han tenido estas manifestaciones (ya podrían aprender los sindicatos) demuestra nuevamente cómo internet está cambiando el mundo.

Hace 15 años hubiese sido imposible montar una manifestación como esta. Hubiese hecho falta toneladas de dinero, cientos de reuniones y años para crear un movimiento popular como el de Sol. Es increíble cómo ha cambiado la película. Ya no hacen falta ni imprentas, ni propaganda ni Tea Parties ni carreras delante de los grises. Te lo ahorras todo. A cualquiera que quiera hacer del Ché o de Lenin, le sobra y le basta con tener una buena cuenta en Twitter y aplicar una de las numerosas recetas de montaje de manifestaciones que pululan por la Red.

Como botón de muestra, nuestros amigos de 'democracia real', que podían haber aplicado mejor el manual del revolucionario digital, a saber: Primero el mensaje. Una idea, un argumento, que integre y hagan suyos los miembros de la organización. El éxito del mensaje es el éxito de la manifestación. Con 140 caracteres para twittear. El argumento debe ser corto y directo al corazón, para algo decía ya Humes hace unos cuantos años que la razón es la esclava de las emociones. Dar con este argumento mágico es el Santo Grial del armador de manifestaciones. Por suerte o artificio nuestros amigos de la democracia dieron en el clavo: El «estamos hartos de políticos y banqueros». Simple, directo y, en el contexto actual, mueve masas. Una vez que has dado con el mensaje lo siguiente es mucho más fácil.

A esas alturas tu movimiento tendrá su blog, y sus listas de distribución cerradas para testar tu propaganda y terminar haciéndola viral en twitter y facebook. Y ya estás preparado para el mundo real. Si, para terminar, le sumas a nuestra pequeña revolución virtual algunos elementos típicos de la manipulación de masas tradicional como son: 1.- Un sitio simbólico, estilo puerta de Brandenburgo, Plaza Roja o, en nuestro caso, la Puerta del Sol; 2.- Algún tipo de caudillo que catalice a las masas (creo que esto les ha faltado) y 3.- Haces que todo parezca espontáneo (fundamental para que la gente no se sienta manipulada). Pues ya está. Tienes tu asado al punto.

Aunque no se puede más que felicitar a los de 'democracia real', querría terminar dejando planteadas dos preguntas que me parecen de vital importancia y para las que no he hallado la respuesta aún: ¿Ha sido un movimiento espontáneo o guiado? Creo que no lo sabremos nunca. Pero lo que parece cada vez más claro es que tanto en la revolución de Irán como en la Moldavia ha habido más de un titiritero jugando con las marionetas. Y es que si las redes sociales se lo ponen fácil a los manifestantes, se lo ponen aun más fácil a los servicios de inteligencia de algunos gobiernos interesados.

En cualquier caso, que parezca un accidente. ¿Servirá todo este lío que han montado para algo? Este es el talón de Aquiles de internet. Hay que terminar transformando la fuerza social en algo bueno y útil para la sociedad. La mayoría de los proyectos de internet se quedan en nada. En mi opinión, para llegar a algo les falta el líder, el profeta, el caudillo. Sin eso, en el mundo real, no se llegará a nada. Y aunque probablemente no se llegue a nada, como dicen algunos, solamente por ver la cara de perplejidad que se les está quedando a algunos políticos a medida que van viendo cómo crece la bola de nieve de las manifestaciones, ya ha merecido la pena el viaje.