«Estamos hartos de engaños»

Entre tiendas de campaña y alguna silla de playa arranca la primera jornada de encierro de los trabajadores de Alestis. La actitud de los representantes de la compañía durante la última reunión ha minado el ánimo de la plantilla afectada por el ERE, que se agarra como puede al compromiso de empleo que les hizo la empresa. Desde que se suspendieron los cursos de formación el pasado 1 de abril, todos cumplen íntegramente su jornada laboral ante la planta de El Puerto, era allí donde pensaban que estaría su puesto de trabajo una vez concluidas las clases.

Cada semana varios compañeros se iban incorporando a las líneas de producción, primero en prácticas y luego ocupando un puesto. Ante los rumores de un posible ERE preferían hacer oídos sordos, pues «la amenaza ha sido constante casi desde que entramos, es una tónica del sector», aseguran.

Juan Carlos Saucedo, se ha encargado del aprovisionamiento para esta noche. Cuenta que esta labor se ha repartido entre los tres sindicatos y a Comisiones le ha tocado comprar la comida. «He estado pendiente de que haya sufienciente para que a nadie le falte nada porque va a ser una noche dura», explica.

Para mayor agilidad han alquilado una carpa en la que tienen los alimentos y las bebidas. «Durante el almuerzo hemos repartido bocadillos de filete y por la noche haremos algo con la chacina». Cuenta Juan Carlos que esta es la acampada más triste que recuerda. «El conflicto de Delphi lo vivimos de otra manera, ahora la gente está más cansada y el momento tampoco acompaña».

Protesta tranquila

El sambenito de exdelphis les sale caro y a eso se suma que la media de edad supere los 45 años. «Ni somos flojos, ni somos conflictivos. Luchamos por nuestros empleos y por la reindustrialización de la Bahía», aclaró Saucedo. Ayer evitaron las barricadas y cualquier acto violento. Comenzaron a llegar sobre las 5.30 de la mañana y ya algunos montaron las primeras tiendas de campaña.

Junto a los 195 afectados por el expediente se encontraban otros 90 que proceden de los centros de Sevilla. Para acompañarlos han pedido días de vacaciones, un gesto que sus compañeros agradecieron encarecidamente. El presidente del comité de empresa, Pedro Lloret, recordó que «son ya muchos días y la sensación es cada vez peor». Lamentó la actitud de la compañía que no ha puesto sobre la mesa ni una propuesta de negociación y el sentimiento general es de desconfianza. Ayer muchos de los que acamparon ante la planta del polígono Tecnobahía repetían lo mismo: «Estamos hartos de engaños», en alusión al proyecto que iba a salvar la industria de la Bahía. Les prometieron que habría trabajo para todos y un año y medio después se encuentran con despidos masivos.