Nole amenaza el reino de Nadal
El número dos del mundo le vuelve a ganar al español y esta vez sobre su terreno en un choque que se decidió por 7-5 y 6-4 Djokovic vence por primera vez al balear en arcilla tras una dura final del Open de Madrid
MADRID. Actualizado: GuardarNo es una cuestión solo del perfeccionamiento de su físico. Tampoco es un tema solo de madurez mental y de alcanzar su plenitud en el juego. Novak Djokovic es un tenista perfecto, sin matices, que doblegó a Rafa Nadal en la final del Masters 1.000 de Madrid por 7-5 y 6-4 en dos horas y 17 minutos. Su solidez y agresividad caracterizan todos sus golpes. Su revés y su derecha son intratables. Hasta para el balear. Las 32 victorias consecutivas en el 2011 son solo un dato del nuevo aspirante a número uno del mundo.
En el primer juego del choque Nadal tuvo la oportunidad de hacer el 'break' gracias al 15-40 del que dispuso. Sin embargo, de ese posible resultado favorable del balear se pasó a un 4-0 del serbio. El mallorquín no estaba cómodo en la pista. Con un juego muy corto, demasiado errático para lo que acostumbra, no encontraba su sitio en la pista. La falta de mordiente de la bola del manacorense era aprovechada a la perfección por Nole, muy metido en la pista. La iniciativa en este primer compás del choque de Djokovic le llevó al español a un lado y a otro de la pista.
La derecha de Nadal contra el revés del serbio. El mejor 'drive' en arcilla del circuito frente a una genialidad tras otra del número dos del mundo. En esos derroteros andaba el partido. Al mismo tiempo, la recuperación del primer saque del de Manacor y su derecha invertida le hizo recuperar sensaciones. A pesar del 5-2 adverso, un 'passing-shot' en el noveno juego y la salvación de tres bolas de 'break' en el siguiente le posibilitaron la igualada en el marcador.
El pupilo de Toni Nadal había conseguido lo más difícil: romper el saque de Nole y remontar el set. Pero en frente tenía a un tenista que está viviendo su mejor momento de forma. Dos juegos relativamente cómodos al saque y al resto, con dos bolas que tocaron en la red y cayeron del lado del manacorense incluidas, declinaron la balanza a favor del serbio. Tras 68 minutos de lucha, el primer set era suyo.
La entrada del segundo set coincidió con el golpe del partido. Un globo del jugador entrenado por Marian Vajda fue contrarrestado por el balear con talento: un golpe, de espaldas, por debajo de las piernas. No fue lo único positivo para él en el juego. Una rotura de servicio, en su primera oportunidad, le puso por delante. Sin embargo, solo momentáneamente. La devolución del 'break' por parte de Djokovic fue inmediata. Ese equilibrio en el marcador, y en el juego, llegó hasta el 3-3.
A partir de aquí, la tensión fue en aumento. El 4-3 de Nole, conseguido gracias a su servicio, y el 0-30 inmediato levantaron el murmullo de la grada. Djokovic no tenía lagunas, no tenía puntos débiles. Era un auténtico muro, como los últimos meses. El 0-30 del octavo juego terminó con Rafa manteniendo su saque. La posibilidad de Nadal de sorprender al resto en el siguiente finalizó con el 5-4, logrado cómodamente, del serbio. Era el momento. La final se decidía por pequeños detalles.
Y Djokovic era superior. Dominó el juego desde el primer momento, con firmeza, con valentía. Los golpes ganadores aparecieron, incluso directamente desde el resto, y se colocó 0-40. Si alguien podía levantar el partido era Nadal, un jugador especial. Pero delante tenía a un tenista al que le sale todo, al que ni la tierra batida de Madrid, ni el público en su contra pudo parar. Un revés cortado al pasillo daba a Novak Djokovic su primer triunfo en Madrid y sobre tierra batida ante Nadal. Nole demostró que a día de hoy es el mejor tenista del momento.