Arquitectura contemporánea
ARQUITECTO DE LA ASOCIACIÓN CÁDIZ ILUSTRADA Actualizado: GuardarVemos como sorprendente reclamo, o como asidua compañía, actuaciones arquitectónicas en el centro histórico de Cádiz, que como la propia existencia de la ciudad, asoman con el color que cada uno de sus pensantes diseñadores tienen a bien entender en el proceso de crecimiento y acrecentamiento de la misma. Una ciudad: la mejor creación del hombre según Spengler, es por naturaleza propia: vital, creciente y aglutinante de las ideas de la historia de sus tiempos. Por su particular forma de crecer o de estar, debe mantenerse, pero también debe cambiar.
Las pugnas entre lo que debe permanecer y lo que debe trasformarse, es el devenir de su imagen. Decenas de legislaciones y decisiones la protegen o la derriban. La historia de la conservación del patrimonio o de la generación de nuevos patrimonios, -ya que no solo lo viejo es digno de ser protegido-, es la propia historia del hombre que la crea, la disfruta o la somete. Es decir, las decisiones sobre ellas son de aquí, y las deciden cerebros humanos, no cibernéticos. No se hacen por arte de magia, son procesos continuos y cambiantes, como continua y cambiante es la historia de la arquitectura y de su prolongación yuxtapuesta natural, que es la ciudad. Viva porque debe ser siempre viva. Alberti, Guarini, Boito, Giovanonni, Tafuri, Moreno, y un sinfín de nombres de arquitectos, han teorizado sobre la sempiterna pregunta de qué hacer con la herencia y qué proponer en lo nuevo.
Los arquitectos, en nuestras propuestas, nos debatimos, entre la tutela del patrimonio, y las inexorables tensiones existenciales de la manera de sentir y vivir en nuestra época. El sentido de la arquitectura, además de servir para lo que se fabrica, como maquina de vivir, según el gran Corbusier, es básicamente ser propia del momento al que se pertenece. Y en esta frase que muchos han usado y que yo trato que entendáis, sin ambages culturetas, es donde radican todas las interpretaciones. No solo en mi arte, sino en el teatro, la poesía, la música, etc., y todo lo que tenga, además del destino de servir para vivir, el deseo sensible expreso para ser disfrutada y entendida con los nuevos ritmos sociales del pueblo al que va dedicada.
Vemos cómo se hacen muestras de arquitecturas de parodia, imitando falaces balcones y encintados de ritmos enanos, tratando de empastar en un casco como el nuestro que son de risa. Porque ahora la arquitectura es distinta a aquella que se hizo antes. Pero también vemos como, con un cierto interés, sucede el aspaviento o el laboratorio de ensayos a escala uno es a uno, con sorprendentes actuaciones, que más parecen mofarse del entorno donde se sitúan, de sus ciudadanos, o lo que es más en mi opinión, evidenciar complejos de apariencias, que no deben esconderse detrás de las obras.
El tema no es ni baladí ni fácil. Es necesario ser respetuoso con el entorno heredado y con la arquitectura actual, pero no por eso se debe parodiar a todo trapo, ni ser suprematista de lo racional. Si a alguien no le gusta el Cómico, o el Pabellón Deportivo del C.H. o la Torre del CTC, o la casa azul, y posiblemente les pueda gustar las casitas de estilo Comisión de Patrimonio, deberíamos de entender que hay diferentes ojos y opiniones en cada lado.
Lo que creo que es necesario, y aquí sí me mojaré, es hacer ejercicios de honestidad arquitectónica y no pensar que todos somos Zumhort, Herzog, De Meuron, O´Ghery o Foster, y creernos con el derecho a destrozar la culta imagen de los cascos históricos, ni tampoco ser taimados y engañabobos haciendo de la arquitectura del revival y del historicismo nuestra bandera.
A mi me parece que es muy difícil acertar, porque cada uno se siente en su Cádiz arquitecto. Y no todo el mundo debe saber lo que es ser arquitecto, ni los que pasean la ciudad, ni los que tenemos el título. Y lo que es más importante para rematar, por leyes de estadística, lo que las mujeres y los hombres de las ciudades quieren que permanezca permanecerá, lo que no, caerá. Que sea buena o mala arquitectura, eso ya es para nota. Salud.