DE MESSI Y CR7 A LOS INMORTALES RG
Actualizado: GuardarAcostumbrados a vivir en un fútbol mecanizado en el que la preparación física y los esquemas tácticos le han ganado definitivamente la partida a la improvisación y el talento, donde en ocasiones el nombre de un jugador, su procedencia o su capacidad para vender camisetas impera más que su rendimiento y su sacrificio en el campo, en los últimos días dos futbolistas nos han ofrecido un buen homenaje a los románticos que aún nos resistimos a la moda de las botas de colores, la cinta en el pelo y las peculiares celebraciones de gol que no terminan en una piña de equipo.
No, no son ni Messi ni Cristiano Ronaldo, por mucho que ambos se empeñaran en dejar su sello en el primero de los cuatro Real Madrid-Barcelona o Barcelona-Real Madrid que vamos a vivir en el próximo mes, ambos marcando de penalti, el argentino lanzando pelotazos a la grada y el portugués deleitándonos con su repertorio de gestitos e individualidades que lastran una y otra vez a sus compañeros por muchas estadísticas que vaya acumulando para su curriculum. Se trata de Raúl González y Ryan Giggs, dos a los que han querido jubilar en más de una ocasión pero que nos demuestran partido a partido que en el fútbol sigue haciendo falta más inteligencia y menos músculo.
Ambos vivieron el fútbol de los 90, con la fantasía de Romario, las embestidas de Ronaldo, resistieron a la Ley Bosman y empezaron a vivir con algo de nostalgia cómo el siglo XXI nos traía la era de los 'galácticos' y los futbolistas-anuncio tipo Beckham. Ver a Giggs desbordando a jugadores que podían ser sus hijos o a Raúl repartiendo aguanises en Alemania, donde se divierte jugando en equipo y celebrando las victorias mezclado con sus propios aficionados, nos ayuda a humanizar un deporte cosificado hasta el punto de que a los jugadores se les conoce por siglas (CR7, PR17 o como quieran ponerle al niño). Pues bien. Si hay unas siglas que habrá que grabar con fuego en la historia del fútbol esas serán las de RG, de Raúl González y Ryan Giggs, los inmortales.