El presidente Raúl Castro.
MUNDO

La despedida de la vieja guardia

LA HABANA. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Nadie es eterno y Raúl Castro, que ya tiene 79 años, lo sabe. Por eso ha dispuesto hasta la placa con su nombre en el panteón compartido con su esposa en el cementerio del Segundo Frente. Mientras ese día llegue, el presidente apura el contenido del que será el último congreso de la vieja guardia del Partido Comunista de Cuba (PCC), inaugurado ayer. Su objetivo es afianzar el futuro económico socialista y elegir nuevos dirigentes.

«El VI Congreso del Partido debe ser, por ley de la vida, el último de la mayoría de los que integramos la generación histórica; el tiempo que nos queda es corto», reconocía el mandatario caribeño en diciembre pasado. Será también el definitivo para el máximo líder, Fidel Castro, quien en una de sus 'reflexiones' recordó que tras enfermar en 2006 renunció a todos sus cargos para ser «un soldado de las ideas».

El país caribeño llega a este cónclave en una situación de severa crisis económica, que a muchos de los 11,2 millones de cubanos les recuerda a la crítica etapa del 'periodo especial' desatada tras la caída del bloque soviético, principal sostén de la isla comunista. Sus estatutos establecen la celebración de congresos con periodicidad quinquenal. Pero desde 1997 no se reunía la asamblea que según la Constitución de 1976 es «la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado».

Mil delegados representarán a los 885.079 miembros. En 1965 se fusionaron varios grupos revolucionarios liderados por Fidel Castro y hasta hoy el PCC es el único partido legal. En filas destacan los principales funcionarios del Gobierno y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, así como muchos funcionarios de menor rango, dirigentes sindicales y de otras organizaciones de masas. La cantera es la Unión de Jóvenes Comunistas con unos 609.000 afiliados.