Luis Martí reconoce que la Justicia independiente es una tarea en permanente búsqueda . :: A. VÁZQUEZ
CÁDIZ

«La división de poderes es una obra inacabada»

Luis Martí Pte. Unión Iberoamericana de Colegios de AbogadosUno de los grandes nombres de la abogacía diserta sobre los albores del constitucionalismo y de viejas aspiraciones que están por conquistar

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Los especialistas en Derecho, quizás en un segundo plano histórico, debieron tener un papel esencial en la construcción «de un nuevo mundo; aquel que rompía con el pasado y que promovía la separación de poderes». Esa división, que es una base del sistema democrático, sin embargo es casi dos siglos después, una «obra inacabada» para el presidente de la Unión Iberoamericana de Colegios de Abogados. Desde la perspectiva de un letrado, con medio siglo de ejercicio sin interrupciones, Luis Martí Mingarro le dio ayer una vuelta más al nacimiento de la Pepa en una conferencia que ofreció en el Centro de Estudios Constitucionales 1812.

-¿Dos siglos después y la división de poderes por concluir?

-El Derecho se construye día a día. La norma nos dice cuáles son las pautas de comportamiento y a la Justicia le corresponde ajustar los comportamientos que se salen de la norma; por eso es necesario un poder judicial independiente. Este lo componen hombres y mujeres que viven en la sociedad de su tiempo y que merecen el respeto y la protección de todos. Y no todos respetan ni todos protegen.

-¿Será una meta imposible por la condición humana del juez?

-No es un objetivo inalcanzable sino un objetivo permanente. Miles de jueces, abogados y fiscales son independientes; pero a veces el sistema falla y la Justicia pierde prestigio.

-En su biografía hay una palabra que se repite constantemente como título de ponencia, libro o conferencia que ofrece: la ética. ¿Cualquier estrategia es válida para un letrado en la representación de un cliente?

-La respuesta es sí... con algún límite. Si el legislador ha creado un proceso para pedir Justicia; la obligación de un abogado es utilizar todos los medios disponibles y el letrado de la otra parte, denunciar la mala utilización, llegado el caso.

-¿Es ético, por tanto, aconsejar a un acusado cambiar de versión varias veces y obstaculizar, como ha ocurrido en el caso de Marta del Castillo, el hallazgo de un cuerpo?

-Parte de la ética del abogado es solo tener en la cabeza los intereses de los clientes porque ya el letrado contrario creará tensión y el juez velará por que no existan maniobras que se salgan de la norma. Lo que ocurre en este país es que a cualquier disfunción que surge, ya sea en justicia o economía, buscamos rápidamente un culpable. A veces hay causas en las que no todos lo hemos hecho bien ni hemos puesto toda la carne en el asador.

-¿Hubiera aconsejado de la misma manera si ese cliente hubiera sido el suyo? Sin cuerpo, se dificulta la condena.

-Ésa es la obligación de un abogado defensor. Aquí lo que ha fallado es el aparato represor porque la pesquisa no ha logrado acercarse a la verdad.

-Le propongo otro cliente: un ciudadano que quiere sentar en el banquillo a un banquero como responsable del 'crack' financiero que le ha dejado en la quiebra, ¿hay resortes judiciales en España para hacerlo?

-El sistema español es perfectamente capaz de identificar a los responsables de conductas punibles. A mi tampoco me divierte que los responsables de los órganos reguladores de todo el mundo occidental hayan visto circular unos flujos inmensos de dinero de la nada.

-¿Y se podrían detectar hechos punibles en esa orgía financiera?

-No es descartable.

-Tiene amplia experiencia en los arbitrajes empresariales, si le contratara un comité de empresa como asesor en una negociación y al día siguiente el ministro de Trabajo pide contención salarial, ¿qué estrategia seguiría?

- No miraría lo que dice el ministro de Trabajo sino que miraría a la empresa. Un negociador correoso apretaría las tuercas para ver la radiografía real de esa compañía: ¿por qué está descapitalizada?, ¿por mala gestión?

-¿Es quizás una receta que mete en el saco a todos los trabajadores, incluidos a los que tienen un salario muy bajo o congelado hace años?

-Exacto, se mete todo en el mismo saco. El salario es lo que hay que pagar por toda la aportación que hace un trabajador. No hay salarios mínimos ni máximos. Uno de los progresos del siglo XX ha sido ir blindando a los trabajadores de la explotación, que no le retraigan lo que es suyo.