
Encierro de la plantilla de Garvey por temor a nuevos impagos
Los 700 cooperativistas de Sanlúcar, con el agua al cuello, creen que no podrán aguantar hasta que se declare por fin la suspensión de pagos
JEREZ. Actualizado: GuardarModerada satisfacción. Ésa es la sensación con la que vivieron ayer los trabajadores de las bodegas de Nueva Rumasa en la Denominación de Origen del jerez el anuncio de que ya se había presentado el concurso de acreedores para estas sociedades.
Como recalcó ayer a este medio uno de ellos que no quiso que se diera su nombre, «es lo que esperábamos, y es lo mejor que puede pasar, sobre todo para que nos libremos de esta inquietud en la que estábamos inmersos».
No en vano, para todos los trabajadores cualquier demora en la situación actual solo puede significar que se dilatarán más los pagos que tienen pendientes. Y es que, pese a que desde el grupo Garvey se ha insistido hasta la saciedad en que todos los trabajadores han cobrado sus nóminas, aún hay retrasos pendientes, sin olvidar que «ya toca que se abone la de marzo y no hay demasiadas perspectivas de que vaya a ser así».
Fue precisamente esta inquietud ante el impago del próximo salario y los atrasos, así como el hecho de que se haya desatado todo tipo de rumorología sobre la posibilidad de que se estén llevando documentos -algunos empleados ayer hablaban de que se estaban sacando en bolsas de basura- y que se esté embotellando vino fuera del Marco, la que provocó ayer un nuevo encierro de alrededor de medio centenar de trabajadores de Garvey, que decidieron concentrarse en su centro de trabajo tras la asamblea que se celebró ayer pasadas las cuatro de la tarde.
Según el secretario de la federación agroalimentaria de CC OO en Cádiz, Luis Paez, los empleados mantuvieron el encierro al menos hasta las siete de la tarde para exigir las máximas garantías de cobro a la dirección. «La situación está muy tensa, se ven fantasmas por todas partes, y ellos quieren tener certezas y explicaciones», apuntaba el representante sindical.
Sin embargo, según ha podido saber este medio, pese a su protesta los trabajadores apenas pudieron arrancar el compromiso de que si entra dinero en la bodega se les podrá abonar, por lo que lo más probable es que hoy en la asamblea que van a celebrar se decidan nuevas movilizaciones.
También están a punto de volver a echarse a la calle los 700 socios de la Cooperativa Virgen de la Caridad de Sanlúcar, uno de los motores económicos de la ciudad de la manzanilla y la Costa Noroeste, cuya junta rectora ya ni siquiera puede hacer una lectura positiva del inicio del proceso para el concurso de acreedores.
Así, según se lamentaba ayer Juan Juez, presidente de la cooperativa, la situación de esta agrupación es tan «crítica» como consecuencia de los impagos de Nueva Rumasa por la venta de la bodega que «los tres o cuatro meses que pueden pasar hasta que lleguen los primeros pagos pueden ser demasiado tiempo y ya habremos tenido que echar el cierre».
«No tenemos soluciones a corto plazo, no hay ingresos ni por la venta de la bodega ni por las cosechas, los bancos no dejan de presionar y amenazarnos, y en esta situación, si las administraciones nos ayudan, lo que va a pasar es que esta empresa social de la que comen 700 familias se irá al traste», se quejó Juez.