Un blindado de las fuerzas gubernamentales arde tras ser alcanzado por un misil de la aviación aliada en la carretera que une Bengasi con Ajdabiya. :: REUTERS
MUNDO

El ataque abre fisuras con el mundo árabe

La Liga Árabe cree que la ofensiva supera lo acordado, pero EE UU y Francia replican que cumplen el mandato de la ONU

ROMA. Actualizado: Guardar
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La primera jornada de bombardeos sobre Libia en la operación 'Odisea del amanecer' ofreció resultados descontados, como que fuera un éxito para los aliados y que Muamar Gadafi anunciara que no se rendirá jamás, pero también sorprendió con un imprevisto diplomático. El secretario general de la Liga Árabe, Amro Musa, que el sábado se hizo la foto en la reunión de París que decidió la ofensiva, criticó las operaciones porque, en su opinión, han ido más allá del objetivo de imponer la zona de exclusión aérea autorizado por la resolución 1973 de la ONU. Consiste en velar por la prohibición de cualquier vuelo en territorio libio, una medida pensada para evitar ataques a la población. «Lo que queremos es proteger a los civiles, no bombardear a otros», censuró. Por ello anunció que pedirá una reunión de emergencia de la Liga Árabe.

La importancia de este inesperado desmarque se comprende al pensar en la relevancia que precisamente se dio en vísperas del ataque a contar con el apoyo del mundo árabe. Era esencial para evitar la peligrosa imagen de una injerencia occidental en un país musulmán. Conscientes de ello, tanto EE UU como Francia, líderes de la alianza militar contra Libia, se apresuraron a replicar a Musa. Se está aplicando «solo y plenamente la resolución de la ONU», precisó el Ministerio de Defensa francés, mientras fuentes de la Casa Blanca apuntaban que el mandato del Consejo de Seguridad «hace referencia a todas las medidas necesarias para proteger a los civiles». «Esto incluye la zona de exclusión aérea pero va más allá», puntualizaron. También en este contexto, Francia informó a media tarde de ayer de que cuatro aviones de Catar ya estaban participando en las operaciones. Los otros países árabes que respaldan la intervención son Jordania, Emiratos Árabes Unidos y Marruecos.

Nuevos bombardeos

Los bombardeos y lanzamientos de misiles en suelo libio abiertos el sábado por la tarde continuaron en la noche de ayer y durante toda la jornada, sobre todo en Trípoli y puntos estratégicos, como las defensas antiaéreas. En un primer momento partieron de naves y submarinos británicos y estadounidenses, así como de suelo francés, pero el portaaviones galo 'Charles de Gaulle' ya está rumbo a la zona para unirse al ataque. A los tres países que han tomado las riendas ayer se unieron formalmente Italia, Canadá y España, dentro de la coalición de 18 estados que apoyan la intervención. A mediodía ya empezaron a despegar misiones de las siete bases que ha puesto a disposición el Gobierno de Roma y por la noche partieron los primeros aviones italianos. Cuatro F-16 españoles ya estaban ayer en la base sarda de Decimomannu, así como fuerzas de varios países, pues Italia, por proximidad geográfica, se convertirá en una pieza estratégica de las operaciones.

El jefe del Estado Mayor Conjunto, Mike Mullen, anunció ya antes del mediodía de ayer que daba por establecida la zona de exclusión aérea, que los sistemas antiaéreos libios han sido inutilizados y que los ataques han sido «muy efectivos», aunque admitió que «queda mucho por hacer». También dio por frenado el avance de Gadafi sobre Bengasi, el bastión rebelde. No obstante, varias fuentes indicaban que ayer logró entrar en Misrata. Con todo, el régimen sigue insistiendo en que no ha pegado un tiro desde el viernes, tras aceptar el alto el fuego. De todos modos Mullen advirtió que el objetivo final no es derrocar a Gadafi, y admitió como posible que después de todo siga en el poder.

Después de 24 horas de intenso bombardeo, que según el régimen libio causaron 64 muertos en Trípoli, Gadafi respondió con un vídeo de tono incendiario repleto de frases apocalípticas: «El ataque es una nueva cruzada contra el islam, pero seréis derrotados, como en Irak y Somalia, como os ha derrotado Bin Laden». «Caeréis como Hitler y Mussolini». «Queréis nuestro petróleo, pero nuestra tierra nos la ha dado Dios». Anunció una «guerra larga», que convertirá el país «en un infierno» y en la que defenderá su tierra «palmo a palmo». Amenazó con «golpear a civiles en todo el Mediterráneo», aunque uno de sus hijos, Saif el-Islam, entrevistado por una cadena estadounidense aseguró luego que no se atacarán vuelos europeos.

Armamento químico

Sobre un aspecto temido, las armas químicas del líder libio, Mullen dijo que están «vigiladas de cerca». Serían diez toneladas de gas mostaza, aunque Gadafi destruyó en 2004 las municiones necesarias para usarlo. La cuestión del arsenal libio es una de las más curiosas: todos los países europeos que ahora le combaten le han vendido millones de euros en armamento desde el fin del embargo, incluida España.

Mientras empieza a rugir la maquinaria de guerra, tanto Reino Unido como Italia pidieron ayer que el control de las operaciones pase cuanto antes a las estructuras de la OTAN. En estos titubeos iniciales, Francia precisó ayer que «no hay un mando central» de la ofensiva. Dentro de las prisas del arranque de 'Odisea al amanecer', es una de las cuestiones a resolver en los próximos días, pero debe lidiar con la abstención de Alemania en esta aventura, y con la frialdad de Turquía.