El Real Madrid volvió a ganar en el Vicente Calderón a un impotente Atlético. :: AFP
MÁS FÚTBOL

Los blancos siguen la tradición

El Atlético pone sobre el césped orgullo y amor propio, pero sus errores y Casillas impiden que se rompa la mala racha ante los merengues Benzema marca esta vez a los diez minutos y el Madrid se lleva un nuevo derbi

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Nueva victoria blanca en el derbi capitalino, que ocurra lo que ocurra siempre termina de la misma manera: con los madridistas felices y sus vecinos conscientes de que su mal fario parece no tener fin. Esta vez fueron Benzemá y Özil los ejecutores en una primera parte en la que los de Mou tuvieron mucha más pegada que los pupilos de Quique Sánchez Flores.

El Real Madrid cumplió con la tradición y a los diez minutos ya había marcado su primer gol. Los blancos, pese a haber jugado en 'Champions' y haber sufrido un desgaste que no tenía el Atlético, salió al Calderón mucho más enchufado. Posiblemente por bloqueo mental, los colchoneros siempre arrancan fatal en los derbis y luego tienen que nadar a contracorriente sin ningún éxito.

El francés, que está en vena, volvía a marcar trayendo la desilusión a los rojiblancos. No obstante, los chicos de Quique Sánchez Flores demotraron orgullo y amor propio y fueron a por el empate con todas sus armas. Entonces, se toparon con un Casillas inconmensurable que aparece en los grandes momentos.

El internacional frenó todos los intentos de Agüero, Forlán y compañía. Los locales merecían el empate, pero fallaban en última instancia y lo pagaban muy caro.

Como la pegada madridista es mortífera, Özil dejaba el encuentro encarrilado con un segundo tanto a la media hora del choque.

La segunda mitad empezaba igual que la primera. Los atléticos apretaban, jugaban con rapidez por bandas y por dentro, pero al final de la historia siempre aparecía el mismo para desbaratar las ocasiones: Iker Casillas.

A la contra, los delanteros madridistas, con un Cristiano renqueante, ponían a prueba a De gea. El paso de los minutos iba dejando la certeza que muchos vaticinaban antes del choque. El Real Madrid seguiría con su tradición y batiría al conjunto rojiblanco. Da igual que el Atlético juegue bien o mal, porque muy pronto se encuentra con una losa imposible de superar.

Con Forlán desaparecido, el Kun era el único que tomaba las riendas de su equipo y ponía en jaque a Carvalho y Pepe. Pero era el solo contra el mundo blanco, un enemigo al que parece que la única forma de vencerle será uniéndose a él. Aún así, marcó al final y le puso algo de emoción al encuentro. Pero fue insuficiente.