La muchedumbre en el camino del castillo de San Sebastián. :: M. G.
IMÁGENES INÉDITAS

Cádiz amanece con una marea de gente

Miles de espectadores acuden a ver la bajamar a la Caleta, Santa María del Mar y la punta del BoquerónEl fenómeno ha sido para muchos un «espectáculo», mientras que para otros ha supuesto una decepción

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Como dicen los tanguillos, estaba ayer la playa igual que una feria. Cientos de gaditanos madrugaron para contemplar el espectáculo que han ofrecido las mareas excepcionales previstas para este fin de semana. El fenómeno produjo además otro tipo de mareas, las de personas que antes de las ocho de la mañana ya caminaban hacia La Caleta, Santa María del Mar, la Alameda o la punta del Boquerón para presenciar la primera bajamar. El amanecer dejó una estampa digna de contemplar en el castillo de San Sebastián al quedar despojado de las masas de agua que lo rodean. Allí se concentraron una de las grandes muchedumbres que se movilizaron en el día de ayer. Pocos estaban dispuestos a perderse el acontecimiento «histórico» del coeficiente de marea previsto (117).

Todos iban con la ilusión de formar parte del momento, pero una gran mayoría se mostró decepcionada. José Manuel Saborido, un gaditano que tomaba instantáneas comentaba que «no deja de ser una bajada un poco más baja de lo normal. Esperemos que la pleamar sea más espectacular». Mientras, un joven de Alcalá, Facundo Alberti, sentenciaba: «Es una imagen muy bonita, pero lo que más me llama la atención es la cantidad de gente que hay». «Lo impresionante es la gente y el tráfico. Para el bombo que se le ha dado, las mareas tampoco son para tanto», afirmaba otro espectador desde Santa María del Mar, Fernando López. El tráfico también fue un problema en el acceso al centro de Cádiz y en Camposoto, donde a las siete y media de la mañana ya no había aparcamiento ni en la última pista. Más de un centenar de personas se disponían a hacer unos tres cuartos de hora de camino para llegar a la punta del Boquerón con un claro objetivo: cruzar hasta el castillo de Sancti Petri. Eran los más mañaneros, los que no se quisieron perder el punto más bajo de la bajamar y un adelanto de lo que vino una hora después cuando en la playa ya había miles de curiosos, tanto en Chiclana como en San Fernando. Por ello, el comentario siempre era el mismo «ha merecido la pena el madrugón» a pesar de que finalmente no se pudo llegar andando hasta la fortaleza. Eso sí, hubo quien lo intentó sin éxito.