Un grupo de rebeldes trata de refugiarse en Ras Lanuf mientras las fuerzas leales a Gadafi bombardean la zona. :: AFP
MUNDO

La OTAN concentra su flota en Libia

La Alianza envía sus buques al Mediterráneo central para evitar la entrada de armas al país

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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La OTAN estrecha el cerco sobre el régimen de Gadafi con la máxima cautela. Los ministros de Defensa de los 28 países miembros de la Alianza acordaron ayer en Bruselas apretarle un poco más las tuercas al dictador libio, pero sin herir sensibilidades en el mundo árabe. Pese a que en los últimos días el debate principal ha estado centrado en la imposición de una zona de exclusión aérea, el organismo militar optó por aparcar de momento esta delicada cuestión y anunció que concentrará parte de su flota frente a las costas del país norteafricano.

La misión acordada por la Alianza persigue fundamentalmente asegurarse de que el embargo de armas a Libia es efectivo. Aunque la dotación de naves está todavía por decidir, la OTAN recurrirá en principio a buques pertenecientes a dos flotas que operan habitualmente en el Mediterráneo. Una de ellas se dedica a controlar barcos sospechosos de vínculos terroristas y la otra unidad está compuesta por recursos de diferentes países -entre ellos España- que entrenan conjuntamente como si enarbolaran la misma bandera.

El secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen, explicó que la operación naval busca «aumentar la presencia» del organismo militar a las puertas de Libia. Los buques realizarán básicamente tareas de vigilancia en todo el Mediterráneo central, lo que reforzará la misión lanzada esta misma semana para controlar el cielo del país. La OTAN ordenó en plena ofensiva de las fuerzas leales al dictador patrullar el espacio aéreo las 24 horas con aviones espía Awacs. «No estamos pensando en intervenir militarmente, pero creo que mandamos un mensaje bastante claro», subrayó Rasmussen en referencia a Gadafi.

La Alianza no sólo apostó por un refuerzo naval para incrementar la presión sobre el régimen libio. Rasmussen anunció que los mandos militares elaborarán planes detallados para una posible operación de «asistencia humanitaria». Paralelamente, se seguirá analizando la viabilidad de la zona de exclusión aérea. Al parecer, se manejan dos escenarios que incluirían cerrar el cielo de todo el país o centrarse únicamente en el litoral, donde se encuentran las principales ciudades.

La cautela con la que se avanza en la posibilidad de establecer una zona de exclusión aérea revela la brecha que se ha abierto en el seno de la organización militar. Francia y Reino Unido apuestan claramente por dar un paso adelante y privar a Gadafi del uso de su aviación, su gran arma para martillear a los rebeldes. París incluso sugirió ayer la posibilidad de recurrir a «ataques selectivos» para diezmar el dominio del cielo del dictador.

Prudencia de EE UU

EE UU, que podría presionar a la OTAN para imponer la zona de exclusión aérea, no quiere de momento respaldar a las dos grandes potencias militares europeas. Ayer, el secretario de Defensa, Robert Gates, volvió a insistir en que sería necesario un «mandato» de la ONU para poner en marcha una acción de esa naturaleza. Washington ya ha alertado de que cerrar el cielo libio exigiría una intervención militar previa para acabar con las defensas antiaéreas del régimen.

Rasmussen reforzó durante su comparecencia las tesis norteamericanas. El secretario general de la Alianza reclamó una «clara base legal» procedente del Consejo de Seguridad para controlar el cielo libio. Además, citó como imprescindible un «firme respaldo regional» que debería implicar una resolución de la Liga Árabe. Este bloque, en principio, respalda la petición de los rebeldes para establecer una zona de exclusión aérea, pero todavía no ha habido un pronunciamiento oficial.

España también defiende sin ambages la necesidad de forjar un consenso internacional para aplicar medidas más contundentes contra Libia. La ministra de Defensa, Carme Chacón, aseguró durante la cumbre que «no se puede hablar de una zona de exclusión aérea sin una resolución expresa de Naciones Unidas». En cuanto a la operación naval aprobada por la Alianza, Chacón explicó que España contribuirá con el submarino 'Mistral'. El sumergible, que cuenta con una dotación de 70 efectivos, forma parte de la misión de vigilancia antiterrorista de la OTAN en el Mediterráneo.