Un año de luces y sombras
El incesante aumento del desempleo, las ayudas estatales o el deterioro de la vida política, marcan el año 2010 en la localidad
Actualizado: GuardarEl barco chiclanero navega, viento en popa para unos y semihundido para otros, rumbo a las elecciones municipales de mayo de 2011.
Finaliza el año, y la hora de hacer balance se echa encima. Lo que primero llama la atención es que la ciudad ha vivido doce meses dramáticos por un incremento continuado del desempleo. Chiclana supera los 11.000 parados; y la construcción, motor económico, no tira del carro.
En el debe del Gobierno municipal quedan sin duda este diciembre muchas cosas por hacer. La última, si el voto contrario de la oposición no lo remedia, será la aprobación de los presupuestos del año que viene, los más «austeros» que se recuerdan en las últimas legislaturas.
Aparte de las cuentas públicas, el 2010 dejará un sabor agridulce de nuevo en el debate político. Consolidado el pacto PSOE, PSA, IU en la alcaldía, la oposición ha despertado de su letargo en estos últimos meses, preparando la dura batalla de las próximas municipales.
Sin sorpresas en las candidaturas, con Butrón en el nuevo partido, Unidos por Chiclana, y Román y Marín por socialistas y populares, el año que acaba tampoco ha visto nacer el polígono de Miralrío, y solo ha esbozado la Ronda Oeste.
Sin duda, la infraestructura más relevante de cuantas nacieron estos últimos meses es el tranvía, ya en obras, pero que tampoco cuenta con el consenso deseado.
En materia social el Ayuntamiento ha hecho un esfuerzo ímprobo, dando trabajo a quienes menos tenía. En cuanto al urbanos, tras los derribos de Majadillas hace justamente un año no se han vuelto a producir demoliciones de casas ilegales, y el proceso de regularización avanza, aunque con dificultades.
Dos multitudinarias manifestaciones de propietarios pusieron a Chiclana de nuevo en el mapa del urbanismo incontrolado.
Ni siquiera las docenas de obras financiadas por los planes estatales y autonómicos, muchas de ellas para aliviar los desperfectos de las inundaciones del invierno; los dos nuevos polideportivos, o el desbloqueo de Sancti Petri, pueden acabar con un año de regusto amargo, en el que ha habido luces y sombras.