ANDALUCÍA 10, ENTRE CÁDIZ Y SEATTLE
Actualizado: GuardarCádiz y Sevilla ya figuran en el mapa de la industria aeronáutica del mundo en un punto similar a Toulouse en Francia y a Seattle en Estados Unidos. Así vino a decirlo el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, durante el acto de presentación en Madrid de Andalucía 10, una iniciativa que asumió Paulino Plata antes de ser consejero de Cultura y que sigue manteniendo viva con el propósito confeso de mejorar la imagen de nuestra comunidad autónoma y aventar la plusmarca de tópicos que nos caricaturizan en el exterior. En el Museo Reina Sofía, el miércoles, se citaron unos cuatrocientos empresarios y directivos, comunicadores, financieros, profesionales, científicos, actores, cantantes o poetas. También, parlamentarios: casi todos estos últimos socialistas, ya que Javier Arenas, del PP de Andalucía, aseguraba que se trataba ante todo de un acto de propaganda mientras Diego Valderas, de IU, sugería que el punto de partida de esta iniciativa hubiera debido ser Andalucía y no al contrario. Ahora, van a celebrarse actos sectoriales en todas las provincias andaluzas, con el propósito de sacar pecho en torno a nuestras fortalezas comunes, como serían las diez universidades públicas y los 25.000 investigadores que trabajan en ellas y que nos colocan como la tercera potencia investigadora del país, destacando especialmente en biomédica; o los once parques científico-tecnológicos con un millar de empresas. O la industria agroalimentaria, el turismo, el desarrollo económico sostenible pero también el flamenco, ya patrimonio inmaterial de la humanidad. Fue en esa retahíla de hitos andaluces cuando el presidente Griñán vinculó nuestra industria aeronáutica con la geografía puntera en dicho negocio. Justo el día después, eso sí, de que los trabajadores de Delphi y los antidisturbios hubieran tenido algo más que palabritas en la trimilenaria. En las impactantes imágenes de los vídeos que acompañaron a las distintas personalidades que intervinieron en Madrid, también figuraba el puerto de Algeciras, identificado como segundo en tránsito de mercancías. Entre los diputados presentes en la sala, figuraba el algecireño Salvador de la Encina, quien no dejaba de mostrar su inquietud por el hecho de que antes de primavera la multinacional Maersk decidirá finalmente si desviar aún más sus portacontenedores hacia el puerto de Tánger-Med a la otra orilla del Estrecho y cuya segunda fase va acompañada de nuevas mejoras en sus infraestructuras terrestres. También la Junta y el Gobierno central trabajan para darle hinterland al puerto algecireño, mejorando el transporte por ferrocarril y propiciando un nodo logístico que fomente la exportación y la importación. Quizá sea tarde. A lo largo del presente año, la media de caída de contenedores es de un 20% mensual respecto al ejercicio anterior. El principal argumento de la compañía es que los costes de sus operaciones en Algeciras son demasiado altos, tanto por las tasa como por el número y el salario de los estibadores. Los trabajadores se aferran al actual convenio y recuerdan que sus sueldos son altos pero también es alta la tasa de muertes en su plantilla. Claro que el contexto en que, hace más de dos años, se sentaron las bases de Andalucía 10 no tenía que ver aún con la palabra crisis, sino que buscaba la atracción de empresas que decidieran invertir en Andalucía y confiar en el potencial humano y tecnológico del sur. Quiere ir más allá la «Andalucía imparable» y la «Segunda modernización», bajo el mandato de Manuel Chaves, predecesor de Griñán y uno de los grandes ausentes en la presentación madrileña de esta nueva puesta en valor de nuestra autonomía. Ahora, con el patrocinio inicial de Unicaja, Cajasol y Cajagranada, se busca consolidar este club con cuota de ingreso para las compañías que quieran incorporarse al mismo. Botella medio llena, en vez de la botella medio vacía. Quizá cuando se ideó Andalucía 10 se buscaban nuevos inversores y, en estos días sin demasiados brotes verdes, tal vez debamos conformarnos con que los que están aquí no terminen yéndose. En época de vacas flacas, hay que huir hacia delante. Esa podría ser la consigna del cónclave del Reina. Tanto Griñán como Plata han diseñado una campaña que busca convertir a Andalucía en tierra de oportunidades y en una «marca de calidad dentro del valor España». «La imagen tópica simplifica, constriñe, empobrece la realidad», manifestó Griñán ante un auditorio en el que figuraba Felipe González, que sentenció entre pasillos que Andalucía había avanzado en 30 años más que en tres siglos. Según Griñan, «cuando empezó la autonomía casi un 30% de la población activa maltrabajaba en el sector agrario, apenas había un 19% de mujeres incorporadas a la población activa y la población emigraba», mientras que «hoy es una tierra acogida de inmigrantes, la mujer está en plenitud en el mercado de trabajo y tenemos una economía terciaria con un sector servicios más potente y una agricultura que no representa más del 8%». Un tercio de los empleados de Andalucía son universitarios, recordó el presidente. En claro contraste con 1.129.500 personas en paro. Quizá por ello al día siguiente una plataforma anticapitalista congregaba más apoyos de los previstos durante una manifestación gaditana cuya convocatoria en contra de la crisis, del paro y de la precariedad iba a repetirse ayer sábado. Era la presentación en sociedad de Andalucía Cero, esa formidable goleada a nuestra esperanza. Quizá por ello y según el IV Barómetro de Percepción de la Economía Andaluza, el 60 por ciento de los andaluces se considera emprendedor. A la fuerza ahorcan. Será que aquí siempre supimos buscarnos las papas, aunque fuere en la economía sumergida. Ahora, cree Griñán, somos «serios y solventes». Y tenemos que vendernos para que no nos dejen vendidos.