Industrial Sherry
Actualizado: GuardarLos ingleses, fieles a sí mismos, abusan de la arrogancia y siguen ganando en Trafalgar. No iba a ser una excepción en el Jerez Industrial, donde han comprado la plaza para tener un equipo en categoría nacional española. Una compra encubierta, pagando las deudas del nefasto ex presidente Ricardo García, conspicuo y airado, corazón de león enfurecido, personaje de sí mismo.
Una especie de Luis Oliver con menos gracia y menos crédito. El Jerez Industrial tiene 22 ingleses en el plantel, un entrenador español, Quique Caballero, y dos jugadores con pasaporte también español, Juanse y Valtierra. Su máximo dirigente, en función de haber pagado la pasta necesaria para que el club siga existiendo, es el ex seleccionador inglés Glenn Hoddle, con plaza en Sotogrande, desde donde maneja los resortes de su franquicia española.
Es como ocurre a nivel general en Andalucía, los empresarios vascos, catalanes o madrileños montan el restaurante y nosotros ponemos los camareros. Aquí ponemos el club, y los ingleses pagan el peaje. A cambio, sólo dejan como español el nombre y dos o tres piezas testimoniales o decorativas y donde sobresale su servicio de comunicación, a cargo del jerezano Carlos de la Hera. Es lo que hay.
Se dice, se habla, se comenta (con reserva de las fuentes) que la desconfianza de los ingleses hacia quienes están en el club representando la parte española incluso les ha costado dinero (por ejemplo, recoger a un jugador en Málaga pudiendo hacerlo antes y más barato en otro lugar que se les aconsejó). Pongamos en positivo un futurible: Woolfe, Fisher o Pierre Hall tienen alguna oferta del Recreativo de Huelva, Real Betis, Xerez Club Deportivo, Almería, Benfica, Córdoba, Zaragoza o el Granada. ¿Qué parte cobraría de la venta Glenn Hoddle y qué parte del traspaso quedaría en las arcas del equipo de la copa y la venencia? ¿Si se va Glenn Hoddle estaría en riesgo de desaparición la entidad, después de muchos años de historia? Unos interrogantes que a día de hoy ningún industrialista conoce y que no se atreven a contestar.