Un estudio revela que la provincia podría sufrir tsunamis de hasta 15 metros
Actualizado: GuardarCádiz ya sabe lo que es un tsunami. Aunque hayan pasado más de 250 años, el terrible terremoto de Lisboa de 1755 aún retumba en la memoria colectiva. Entonces, en la herida costa atlántica se lloró la muerte de 2.000 personas y, el Golfo de Cádiz quedó a merced de enormes y potentes olas que barrieron todo lo que encontraron a su paso. En los pueblos de la provincia se sintió en localidades como Conil, Sanlúcar, El Puerto, Cádiz, e incluso Jerez. Todos ellos sufrieron desperfectos en sus edificios y víctimas mortales. Para hacerse una idea, sólo un dato: en los alrededores de San Fernando aparecieron 26 muertos.
Aunque, desde entonces, y sobre todo a raíz del tsunami que asoló el sudeste asiático, los expertos se han encargado de 'silenciar' las alarmas y afirmar que el índice de probabilidades de sufrir de nuevo una catástrofe es menor, ahora, un estudio revela todo lo contrario.
El informe, elaborado por los investigadores del Instituto de Hidráulica Ambiental de Cantabria dentro del proyecto europeo 'Transfer', advierte de que las costas españolas están en el radio de alcance de varios focos sísmicos capaces de generar graves tsunamis que, en el peor de los casos, provocarían olas de hasta 15 metros de altura en el litoral atlántico de Cádiz y en Huelva, como sucedió en 1755, y de uno a dos metros en el mar de Alborán y las Baleares.
Los resultados se han plasmado en tres artículos publicados por la revista 'Turkish Journal of Earth Sciences', en los que se examinan los focos de riesgo centrados en tres zonas: la que afecta costa atlántica, las cinco fallas del mar de Alborán que provocan pequeños tsunamis en la zona del Mediterráneo cada 25 años, aproximadamente; y los terremotos de Argelia que envían olas hacia las Baleares.
«Devastador»
Uno de sus autores, el investigador colombiano Mauricio González, del IH Cantabria, ha explicado que el mayor riesgo se encuentra en las costas de Cádiz y Huelva, expuestas históricamente a grandes tsunamis, con olas de 15 metros que como las que arrasaron la zona el 1 de noviembre de 1755. González subraya que un tsunami de estas proporciones resultaría «devastador», debido a lo poblada que está en la actualidad esa franja costera y a que el tiempo para reaccionar sería escaso. «Tratar de evacuar sería imposible, pero hay otras medidas: como el rescate vertical o llevar a la población a zonas que ya se han comprobado que no se podrían inundar», apunta este investigador.