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El dueño de Mango defiende que los funcionarios puedan ser despedidos
Isak Andic se 'estrena' como presidente del Instituto de la Empresa Familiar con una llamada a profundas reformas laborales
SANTANDER. Actualizado: GuardarNunca antes había hablado con la prensa, pero su debut en estos lindes no se olvidará. Isak Andic, el dueño de la cadena textil Mango, reclamó para los empleados públicos una retribución variable y una estabilidad laboral similar a la de los asalariados del sector privado. De sus palabras se desprende que apuesta abiertamente porque los funcionarios puedan ser despedidos de manera objetiva, es decir, por motivos económicos, organizativos, tecnológicos o de producción como cualquier otro trabajador.
Las declaraciones de Andic, un ciudadano anónimo hasta hace dos años -su rostro permanecía oculto para los medios de comunicación- tuvieron lugar en su toma de posesión como presidente del Instituto de Empresa Familiar (IEF), fundado en 1992, donde asumió que su responsabilidad ante la empresa familiar le obliga a salir del anonimato en el que permanecía. En el acto participó el nuevo vicepresidente del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba.
El fundador de Mango sustituye en el cargo al hotelero Simón Pedro Barceló, quien defendió la urgente modificación del sistema público de pensiones. «Es uno de los retos esenciales y uno de los principales pilares que requieren las reformas en España», remarcó Barceló.
El IEF es un lobby sin ánimo de lucro y de ámbito estatal que agrupa a un centenar de empresas líderes en sus sectores de actividad. La facturación media por compañía alcanza los 1.000 millones de euros, lo que representa de forma agregada el equivalente al 17% del Producto Interior Bruto (PIB) de España. Todos sus socios son presidentes, consejeros delegados o miembros de los órganos de administración de las empresas de las que son propietarios.
Andic hizo hincapié en la necesidad de flexibilizar el sistema de contratación laboral, conseguir unas administraciones públicas modernas, eficientes y competitivas, y reducir las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social. A su juicio, el país también necesita impulsar la internacionalización de las empresas a través de la mejora de su marco fiscal.
Ayudas tributarias
El nuevo presidente del IEF igualmente defendió un sistema especial de ayudas tributarias para los jóvenes que comienzan su andadura como trabajadores. A su juicio, sería muy positivo que este colectivo contara con dos años, los primeros de su vida laboral, exentos de cotizaciones.
Asimismo demandó aumento del gasto destinado a la educación y a la formación profesional para preparar a los jóvenes e impedir que el abandono escolar afecte al 30% de los estudiantes. En su opinión, es imprescindible para un país moderno que sus trabajadores de menor edad dominen el inglés, tal y como ocurre en Francia y Alemania.
En su intervención también se dirigió al Gobierno. Reclamó al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero el cumplimiento «sin dilación» de las promesas realizadas cuando llegaron al Palacio de La Moncloa. Aseguró que un gesto que ha dado confianza a los ciudadanos ha sido el reciente cambio del Gabinete.
Respecto al presidente saliente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, resaltó que tenía que haber abandonado su cargo hace ya tiempo. Y, sobre su posible sustituto al frente de la patronal de las grandes empresas, subrayó que lo importante no es la persona sino el programa que esté dispuesto a desarrollar como presidente.
En este sentido y como demostración de que el IEF no se relaciona con personas como Díaz Ferrán, el director del Instituto, Fernando Casado, añadió que su organización canaliza sus contactos con CEOE a través del secretario general de la Confederación, José María Lacasa.