Rodríguez Zapatero y Tomás Gómez, en un acto del PSOE en septiembre del 2008. :: EFE
ESPAÑA

Zapatero llama a Moncloa al líder de los socialistas madrileños para forzar su retirada

Tomás Gómez mantiene firme su intención de ser candidato a la Comunidad de Madrid pese a la presión

MADRID. Actualizado: Guardar
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Nunca pudo imaginar José Luis Rodríguez Zapatero que sería, precisamente, el secretario general de los socialistas madrileños quien más limaría su hasta ahora incontestable liderazgo en el PSOE. Tomás Gómez sigue guardando silencio, pero en su entorno más inmediato hablan por él. Y lo hacen con contundencia. «En ningún caso va a renunciar a presentarse a unas primaras, si es que de verdad hacen falta», advierten. Ese será el mensaje que, según aseguran, tiene intención de trasladar al presidente del Gobierno en la reunión a la que ha sido convocado hoy en Moncloa.

El jefe del Ejecutivo intentó a principios de esta semana disuadir a Gómez de su intención de ser candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid en 2011 con una intervención sutil pero clara. De nada sirvió. Era ya un intento moderado de dar un golpe de autoridad. Desde hace meses, casi un año, el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, venía realizando una labor de zapa para desanimar al líder madrileño sin lograr resultados. Y a finales de julio, fue el respetado presidente del partido el que se mojó, en un encuentro «cordial» para «hablar de expectativas electorales». Nones.

Cuando por fin Zapatero decidió hablar, se limitó a lanzar elogios subidos hacia la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, y el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky. Pero entre los dirigentes socialistas no hubo discrepancias. Todos entendieron sus palabras como la constatación de que serían los elegidos para encabezar la candidatura a la Comunidad y al Ayuntamiento de Madrid, respectivamente. Y también fueron muchos los que pensaron que así e asunto quedaba zanjado, que Tomás Gómez daría un paso atrás. Nada más lejos.

Es cierto que al dirigente regional se le ha abierto una brecha interna y que algunos de aquellos que como el presidente de la Federación de Municipios Españoles, el veterano alcalde de Getafe, Pedro Castro, le apoyaban sin ambages matizan ahora que si hay datos fehacientes que permitan pensar que otra opción daría mejores resultados habría que abrirle camino. Pero los defensores del secretario general del PSM cuestionan que esos datos existan e incluso dudan de que Jiménez vaya a ser capaz de recabar los avales suficientes como para concurrir a unas primarias.

El vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves, aseguró en la Ser que sí hay encuestas que indican que la ex aspirante a la alcaldía de Madrid saldría mejor parada en una confrontación electoral con Esperanza Aguirre, pero también dijo que las encuestas son sólo encuestas. Eso, justamente, es lo que esgrimen los enfadados seguidores de Tomás, que recuerdan las malas expectativas de voto pronosticadas por el CIS para Zapatero esta misma semana.

Candidatura minada

Los hombres de Gómez defienden además que si, en lugar de haber estado un año y medio poniendo en cuestión su candidatura -tarea de minado que atribuyen a Blanco-, se le hubiera dado un apoyo explícito desde Ferraz habría sido más fácil hacer visible la labor de oposición y consolidar una alternativa política frente al PP. Por eso mismo, alegan, frente a quienes temen que unas primarias resulten contraproducentes y den imagen de un partido dividido, que nunca se les podría señalar como culpables.

En resumidas cuentas, que aquel alcalde de Parla, el más votado de España, al que Zapatero encumbró en 2007 para que intentara hacer algo del siempre convulso PSM, plantará ahora batalla a su benefactor. Hasta el final.

Chaves afirmó durante un acto público que «es un buen candidato», pero en realidad nadie lo sabe porque de momento no ha tenido oportunidad de demostrarlo. De Trinidad Jiménez dijo algo más, que el hecho de ser ministra le daría «un gran peso» en una contienda electoral. Pero tienen razón los de Gómez en que tampoco se puede decir que hasta ahora los 'paracaidistas' impuestos por Ferraz -el último, Miguel Sebastián para la alcaldía- hayan dado la campanada.