El sector turístico pide a Blanco mano dura con los controladores aéreos
La Seguridad Social quiere acabar con los «pícaros» que abusan de las bajas médicas y se plantea reformar la prestación que las cubre
MADRID. Actualizado: GuardarEl sector turístico, que viene de sufrir una doble crisis -la económica y la de las cenizas del volcán islandés-, ha puesto el grito en el cielo ante el cúmulo de bajas laborales presentadas por los controladores aéreos en algunos puntos del levante. Una falta de personal, en ocasiones de hasta el 46% del previsto, que ha complicado sobremanera el tráfico en el Mediterráneo durante el inicio de la época más fuerte de vacaciones. La Mesa del Turismo reclamó ayer al Gobierno mano dura con el colectivo de controladores, cuyos representantes negaron de forma categórica la realización de «cualquier tipo de huelga».
Preguntado por el caso, el secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, se mostró favorable a revisar algunas prestaciones como las de incapacidad temporal para evitar que se usen de forma «perversa». A su juicio, es muy complicado desde el punto de vista estadístico que se pueda producir tal número de bajas sin que éstas respondan a una acción concertada del colectivo. Esa eventual reforma, de la que Granado no dio más detalles, trataría de garantizar que no se confundan a personas enfermas y decentes con «pícaros y desaprensivos». Esos permisos -dijo- no deben ser utilizados por colectivos que «buscan finalidades distintas, como la de obstaculizar el desarrollo de los servicios públicos».
Y confirmó que la Seguridad Social ha abierto una investigación para conocer si el aluvión de bajas entre los controladores es irregular. El ministro de Fomento atribuye el repunte de bajas a una estrategia premeditada de los controladores dentro de la negociación de su II Convenio Colectivo, y si aprecia ilegalidades las enviará a la Fiscalía.
La Mesa del Turismo (que reúne a empresas como Iberia, Renfe, Marsans, Occidental Hoteles, MSC Cruceros o las grandes alquiladoras de coches) tachó la actuación de los controladores de «sabotaje contra la economía y, en particular, contra el turismo». La organización afirma que es «inadmisible» que un colectivo tan pequeño «pueda impedir la recuperación del turismo en temporada alta para asegurarse unos privilegios inasumibles, aprovechando la coacción».
Controladores militares
Para la Mesa, el Gobierno debería contratar a controladores de otros países o, incluso, militares: «Todo antes de consentir el destrozo de nuestro sector turístico y, en consecuencia, de la economía y la imagen nacionales». Otras fuentes del sector reprocharon que Aena y los controladores «ventilen sus diferencias en una época tan crucial» sin pensar que «unos pocos minutos marcan la diferencia entre el beneficio y las pérdidas de un avión».
César Cabo, portavoz de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), criticó la falta de transparencia de Aena al «vender como de última hora permisos de maternidad de hace meses». E invitó a Fomento a «investigar todo lo que quiera, pero hasta el final».