Jerez

UNA DE PULPO A LA NARANJA

DANIEL GUTIÉRREZ Actualizado: Guardar
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Hacía tiempo que no presenciaba una cosa tan absurda a nivel mediático. Millones de personas pendientes de la urna de la que decide comer un pulpo. Como telón de fondo, la final de un Mundial, un simple partido de fútbol para algunos, pero algo trascendental en sus vidas para la mayoría de los españoles, nos guste o no.

Desde que este país se enteró de que había un tal Paul por ahí con ocho tentáculos que tenía dotes adivinatorias y no había fallado ni un pronóstico de los que había hecho en Sudáfrica, la carrera por conocer todo sobre semejante especie tomaba la misma velocidad que Usain Bolt emplea cuando enfila la 'larga' recta de los 100 metros. Incluso alguna cadena de televisión se apresuró a anunciar que iban a dar en directo su decisión de cara a la final ante Holanda, sabiendo que únicamente la hora impediría que fuera lo más seguido de la jornada.

Afortunadamente, el amigo Paul volvió a decantarse por la urna española, como ya hiciera en las semifinales ante Alemania, y muchos aficionados respiraron aliviados, aunque la confianza en 'La Roja' a estas alturas de la película es infinita. Eso sí, todavía hay algunos a los que ver levantar la Copa a Casillas tampoco les hace demasiado gracia. «Me voy a comer el mejillón de la caja de Holanda, porque me parece indignante que 23 millonarios se vayan a embolsar 600.000 euros por cabeza con parte de nuestros impuestos por un mes de 'trabajo', anunciaba un falso pulpo Paul minutos antes del pronóstico. "Esa cantidad es la que ganan la mayoría de los trabajadores en más de la mitad de su vida», argumentaba.

«Lo que cobran los jugadores lo pagan los patrocinadores. Todas las marcas y empresas que salen detrás cuando les entrevistan», le replicaba Ritalacantaora, mientras que Escucha más y canta menos le aconseja a esta que «deje de dar el cante e infórmate bien antes de cantar. Parte de ese dinero es de patrocinadores, y aproximadamente la mitad lo aporta la Federación, que se financia de nuestros impuestos». Eso, sí un empresario gallego ya está dispuesto a comprar a Paul por 30.000 euros. Seguro que prepararía un poco de pulpo a la naranja para celebrar el triunfo.