La Policía entra en el escenario del crimen. :: Ó. ch.
Jerez

Una mujer de 56 años aparece cosida a puñaladas en su vivienda en Cádiz

La Policía sitúa el crimen en la noche del domingo e investiga en el entorno próximo de esta vecina al no estar la puerta forzada

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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No está acostumbrada Cádiz a crímenes cruentos. Hay que echar la mirada muy atrás, hasta el mes de octubre de 2006, para encontrar la última víctima de una muerte violenta en la capital gaditana. Se llamaba Betsabé y era venezolana. La siguiente en esta tétrica lista negra es Mercedes Tello Cela, de 56 años. Su cuerpo fue encontrado en torno a las 12.00 de la mañana de ayer en su piso de la calle Cal y Canto de la barriada de Guillén Moreno. Su cadáver estaba cosido a puñaladas.

La víctima estaba casada y su marido, militar retirado, se encontraba en Madrid visitando a un pariente, según explicó a la Policía una sobrina de la difunta. El esposo no lograba localizarla durante la jornada del domingo y avisó a un familiar para que tratara de averiguar si la había pasado algo. La sobrina de Mercedes, que ayudaba habitualmente a su tía en las labores domésticas, se presentó por la mañana en el 2º C de la citada calle. No respondía a sus llamadas. Tan sólo oía los ladridos de dos caniches que compartía el matrimonio. Ante la ausencia de respuestas, esta joven optó por avisar a su padre y hermano de la víctima, que es agente del Cuerpo Nacional de Policía. Fue este funcionario quien entró en la vivienda. El escenario que vio era dantesco.

Mercedes estaba tirada en el suelo sobre un gran charco de sangre. Tenía numerosas lesiones ocasionadas por un arma blanca, unas 30 apuntaban ayer distintas fuentes cercanas al caso. Un detalle que sólo podrá ser aclarado mediante la autopsia. Los restos de sangre llegaban incluso a la puerta de la vivienda; lo que indicaría que la víctima trató de buscar ayuda, ya herida, o fue atacada por su agresor en la misma entrada.

La Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Comisaría Provincial asumió el caso y trata ahora de encajar las piezas de un puzzle que al cierre de esta edición no estaba nada claro. Una de las sospechas sobre las que trabajan los agentes en estos momentos es que el autor del asesinato debe ser del círculo próximo a la víctima. El arma del crimen es un cuchillo de cocina que formaba parte de los enseres particulares de la fallecida. No es habitual que un desconocido que entra en un piso con intención de atacar no vaya armado o busque una entre los utensilios de cocina. Este detalle también podría revelar que el asesino sabía dónde localizar un cuchillo para apuñalar a Mercedes.

Otro aspecto que ha centrado las primeras pesquisas es el estado de la puerta de entrada. No había sido forzada; por lo que el agresor accedió a la casa sin problemas. Quizás la víctima le abrió confiada.

Las múltiples heridas que presentaba el cuerpo demuestra un ensañamiento impropio de un ladrón al uso. La puñalada que probablemente acabó con la vida de Mercedes le atravesó la traquia y a punto estuvo de degollarla. Algunas fuentes describieron que la fuerza empleada es incompatible con un ataque aislado a manos de un desconocido que sólo quería asaltar. La Policía, al cierre de esta edición, tampoco había hallado indicios de que el móvil fuera el robo.