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Objetivo: conseguir el Ayuntamiento
La lucha por un puñado de votos planea sobre los colectivos de parados, los dueños de casas sin licencia o quienes se oponen al tranvía La mayoría de los movimientos sociales y vecinales de la localidad tienen detrás las siglas de algún partido político
Actualizado: GuardarQuizá no es nuevo, pero ahora es, sin duda, más acusado que nunca. Plataformas, colectivos y agrupaciones de parados, quienes reivindican una Chiclana justa, los propietarios de viviendas sin licencia, y hasta los comerciantes que se oponen al tranvía, tienen sobre sus espaldas la sombra de la politización.
Desde aquella extraña Plataforma denominada Chiclana se hunde, creada al amparo del aliento socialista en la oposición al cuatripartito hace año y medio y de la que nunca más se supo, hasta la recién creada agrupación de parados en la localidad, todo lo que se parece a movimiento social y vecinal en Chiclana tiene un claro tufo político. El ejemplo más nítido es la crisis interna que atraviesa la Plataforma de Afectados por la Regularización, colectivo que tanta guerra ha dado al Ayuntamiento en los últimos meses, y del que algunos de sus miembros han decidido dar el salto a la política. Bajo las siglas Partido Vecinal Regionalista (PVRE), esta nueva agrupación asegura no tener una ideología definida, y promete la revisión de todas las sanciones impuestas a viviendas irregulares en los últimos años en Chiclana, en caso de conseguir representación en las urnas en los comicios de 2011. Este batiburillo de siglas políticas y colectivos supuestamente sociales o vecinales, tiene despistados a muchos, pero indica con nitidez que la campaña de las municipales está a la vuelta de la esquina.
Mañana, otro colectivo que presume de independencia y conformado por desempleados, ha organizado una manifestación por el empleo. El apoyo de Unidos por Chiclana (formación de nuevo cuño, liderada por el ex-de IU, José Pedro Butrón), ha sido inmediato. Y por si faltaba algo, la bandera del no al actual trazado del tranvía la portan en estos momentos un grupo de comerciantes y empresarios que, folletos en mano, cuentan con el respaldo y la organización del PP, y formaciones minoritarias como el Partido de Autónomos. Parece que nadie está a salvo de ser vinculado a una u otra sigla en esta guerra de guerrillas. Habrá que ver quién se lleva finalmente el gato (o el voto) al agua en unos meses.