TRES MIL AÑOS Y UN DÍA

QUE VIENEN LOS COMUNISTAS

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Quizá sea el buen cariz que están tomando las encuestas a favor de Izquierda Unida, cuya postura de defensa a ultranza de los derechos de los trabajadores frente a la reforma laboral, parece darle cierto rédito político. ¿Habrá tenido algo que ver esa relativa mejoría en sus expectativas políticas para que, por una vez en la historia, se haya hecho caso a Izquierda Unida en el ayuntamiento de Cádiz? A finales de mayo, el concejal de dicha formación, Sebastián Terrada, volvió a denunciar la situación en la que se encontraba dicho Bien de Interés Cultural que da acceso al barrio del Populo en la capital gaditana. Caída de piedras, desidia y chapuzas como la de poner cemento para tapar grietas, eso denunció el grupo municipal de la coalición izquierdista. Y lo increíble es que haya dado resultado.

Sin embargo, nada ni nadie ha podido evitar que, en la cercana Plaza de San Juan de Dios y en uno de sus edificios antañones, haya desaparecido la histórica placa de los taxis locales, con el viejo número de 1727. Y eso que el titular del mismo y de ese antiguo servicio de transporte público se llamaba Alcaraz tal y como uno de los líderes más veteranos del comunismo andaluz.

Durante el fin de semana, los comunistas celebran su fiesta andaluza en Conil de la Frontera. Aunque el ambiente no esté precisamente para fiestas. Así que los actos lúdicos son mucho más austeros que lo que exigen los implacables mercados a la economía española: homenajes a Carlos Cano, que solía refugiarse en dicha ciudad, a Miguel Hernández en su centenario y a José Saramago, por supuesto. Y debates sobre cuestiones candentes, como la situación de la pesca y la espiral del paro. Su secretario general, José Manuel Mariscal, que suele escribir poemas, ha resumido dicho temario con una expresión suficientemente clara, esto es, «la situación tan negra que estamos atravesando».

Como telón de fondo de dicha convocatoria, la anunciada huelga general convocada por los sindicatos mayoritarios para el 29 de septiembre y en la que el PCA pretende «poner todos los recursos y hasta el último militante para que la convocatoria sea un éxito». El encuentro, que viene teniendo lugar hasta hoy domingo en la playa de los Bateles, concilia conciertos, charlas, mítines, coloquios, presentaciones y actuaciones teatrales, entre otros.

Hasta ahora y salvo algún problema puntual como el suscitado en Chiclana durante el Gobierno municipal del tripartito, esta formación viene manteniendo un notable equilibrio en la cuerda floja de las diferentes posiciones ideológicas, lo que permite la cohabitación en la misma provincia y bajo las mismas siglas de espíritus tan dispares como los de Terradas, el eurodiputado sanluqueño Willy Meyer, el alcalde de Puerto Real, José Antonio Barroso, el profesor cordobés afincado en Tarifa, Javier Mohedano, a la sazón secretario provincial del PCA, o el propio alcalde de Conil, Antonio Roldán. Por cierto, faltan mujeres entre sus cuadros de mayor relevancia en la provincia, salvando casos como el de Pepa Conde, en El Puerto de Santa María; Julia Hidalgo, en Sanlúcar, o el de Inmaculada Nieto en Algeciras.

Claro que si es complicado que las distintas formaciones que integran Izquierda Unida actúen a menudo de forma coherente, tampoco dentro del partido en Cádiz bajan las aguas especialmente mansas. En vísperas de este encuentro, se produjo por ejemplo la dimisión al completo de la dirección local del Partido Comunista de Andalucía, «ante el vacío que hace su dirección provincial por apoyar en Jerez un proyecto personalista que no es el de Izquierda Unida, sino el proyecto de Joaquín del Valle». Se trata del portavoz municipal que no es del agrado de los dirigentes del partido, cuyo comité local por cierto fue disuelto a comienzos de abril por el secretario provincial y que todavía estarían a la espera de que se les hiciera llegar los expedientes sancionadores.

¿Tan irreconciliables son las diferencias entre el portavoz municipal y el partido que lo abriga? Falta de comunicación, desde luego, si que hay. A Joaquín del Valle le reprochan personalismo excesivo: «Se pronuncia primero y después la organización no puede, ni debe, contradecir sus palabras, sólo queda ratificarlas y en la mayoría de los casos ni se ratifican, pues nadie habla en nombre de la organización política de IU de Jerez, sólo su grupo municipal». Pero, ¿qué lider político no es personalista?

Ante la inminencia de las elecciones municipales, tanto los comunistas como la coalición a la que pertenecen, aceptan que deben cerrar filas e intentar alcanzar los mejores resultados, pero su proyecto político parece pasar hoy por la movilización de la sociedad civil ante la crisis y el recorte del llamado estado del bienestar que por la movilización de los electores. Quizá porque teman que con la aplicación de la actual ley d´Hont, las expectativas de los sondeos pueden quedar en agua de borrajas. Y que incluso, a pesar de que sus respectivos espectros de votantes son muy diferentes, quizá pueda llegar a hacerles sombra la Unión Pueblo y Democracia de Rosa Díez que, partiendo de la nada, también está alcanzando buenos niveles de conocimiento y proyección, incluso en lugares en donde dicha organización apenas cuenta con referentes.

En la reunión de Conil también se mascaba una pregunta inevitable: ¿qué hacer en el caso de que sea necesario el respaldo de Izquierda Unida para que el PSOE vuelva a gobernar la Junta de Andalucía durante los comicios de 2012? Que todavía queda mucho para entonces, podría ser la respuesta más sensata. Y mucha crisis, nos tememos todos.