Los tres detenidos por disparar desde una azotea usaban un rifle con mira telescópica
CÁDIZ. Actualizado: GuardarApostados en la azotea del número 14 de la Plaza Mina, los tres jóvenes veinteañeros jugaron a ser francotiradores de una película de guerra. Por pasar el rato. Por ver la cara de susto de los turistas cuando una bala pasaba siseando junto a ellos y arrancaba un trozo de pintura al chocar contra la pared.
Aunque para ellos podía resultar un juego -así lo han declarado ante el juez-, la broma no tenía nada de inocente. Mucho menos cuando los objetivos comenzaron a ser personas. El arma, tampoco era un juguete: un rifle largo, con mira telescópica y hasta un silenciador. Casi profesional. Y con balas ciertamente peligrosas: de plomo y con puntas.
Durante tres días, la Policía Nacional había recibido decenas de denuncias de ciudadanos alertados por los disparos de este cazador invisible, que desaparecía cuando llegaban los agentes. Pero el miércoles, el francotirador, o más bien, los francotiradores, volvieron a actuar aprovechando que las terrazas de la Plaza Mina estaban a rebosar. Eran las cinco de la tarde y 'La Roja' jugaba en los televisores de todos los bares, cuando los balines comenzaron a silbar. Por desgracia, uno de los proyectiles acertó esta vez en blando: en la espalda de un ciudadano alemán de 29 años, incrustándose a escasos centímetros de la columna vertebral. El turista, de hecho, ha tenido que ser intervenido quirúrgicamente, pero los médicos no se han atrevido a sacar la bala por riesgo a causar daños. Cuando los agentes acudieron a la plaza, la desalojaron y, esta vez sí, localizaron a los jóvenes tiradores. Pero al verse acorralados, estos dispararon a discreción contra los policías. Por suerte, nadie más resultó herido, aunque las balas casi rozaron la cara de algún agente. Jesús Nazaret L. M. (de 19 años) y Hugo A. R. (de 20 años) fueron los dos primeros detenidos, pero en comisaría reconocieron que hubo un tercer tirador: Abraham P. F. de la misma edad, que fue también arrestado.