Tres ladrones, al volante de un BMW, roban en 14 coches durante un mes

Nada que ver con los llamados hurtos famélicos o robos por necesidad, los cacos cazados 'in fraganti' por la Guardia Civil sustraían objetos de valor de coches estacionados para engrosar los beneficios, previsiblemente, de alguna organización delictiva. Estos ladrones de guante blanco, que lograban acceder a los vehículos sin causar daños aparentes, viajaban en un BMW 520, cuyo precio de mercado ronda los 40.000 euros. Un transporte que no está al alcance de cualquiera.

Dos búlgaros, de 33 años ambos, y un armenio, de 31, son los supuestos autores de, al menos, 14 robos en el interior de vehículos, según confirmó ayer el Instituto Armado. Los golpes los cometieron entre el 30 de abril y el pasado sábado, cuando fueron parados en seco por la Guardia Civil, que les seguía la pista desde hacía días.

Tras su pista

Los agentes habían montado dispositivos para vigilar las zonas de aparcamiento más próximas a las playas de Conil y Chiclana. Las sucesivas denuncias que llegaban a los cuarteles de la Benemérita de ciudadanos a los que le habían robado pertenencias que guardaban en sus coches, les llevó a la conclusión de que todos los palos tenían la misma firma. No sólo porque los hechos denunciados siempre eran los mismos -los ladrones sólo les interesaba lo que había dentro de los vehículos y nunca sustraían los coches- sino también por otros detalles que se repetían en cada denuncia.

Uno de esos elementos era la forma en la que forzaban las puertas. Los ahora imputados se habían hecho con una herramienta casera, similar a un punzón, con la que lograban romper el bombín de la cerradura. Sin embargo, desde el exterior no se apreciaba ningún daño; de tal manera que las víctimas sólo se percataban, en un primer momento, que el sistema de apertura de las puertas no funcionaba. Sólo cuando confirmaban que les faltaban cosas del interior del coche eran conscientes de que habían sido robados.

Esa herramienta le fue intervenida a los tres sospechosos cuando fueron sorprendidos el pasado sábado cerca de las calas de Roche. En torno a las tres y media de la tarde, los agentes detectaron el vehículo y vieron cómo se paraba junto a un vehículo. Dos de los ocupantes se bajaron y comenzaron a forzar la cerradura de un vehículo. Justo en el momento en el que habían conseguido entrar, la Guardia Civil intervino para detenerlos.

En el BMW hallaron dos cámaras digitales y un GPS que acababan de robar de otro coche que estaba aparcado en Chiclana y cuya denuncia llegó al poco tiempo.

Los tres detenidos tienen afincada su residencia en Marbella y Málaga desde donde se desplazaban para cometer los golpes y una vez ejecutados, regresar a su escondite.