SAN FERNANDO

Así desaparecen ocho millones

Acusa a los cajeros de «manipular» los documentos para «apropiarse» el dinero sin que nadie de Hacienda se diera cuenta El Consistorio explica en las alegaciones el supuesto 'modus operandi'

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El informe de la Cámara de Cuentas es contundente y no deja lugar a la duda. No existe error contable, el dinero debería de estar en la Caja pero ha desaparecido. ¿Cómo pueden perderse casi ocho millones de euros en siete años? En las alegaciones que el Ayuntamiento remitió al órgano fiscalizador se desmenuza el supuesto 'modus operandi' utilizado por los cajeros imputados, Clemente Ruiz y María José Lebrero, para llevarse, según el Consistorio, todo el dinero. «Por la auditoría interna municipal se ha podido comprobar que los dos cajeros han falseado los datos». Este es el principal argumento que sostiene el Ayuntamiento para comprender la forma en la que el dinero salía de las dependencias de Hacienda sin que ningún empleado o responsable se diera cuenta de ello.

La mejor forma para entenderlo es a través de ejemplos concretos como los 79.187,84 euros recaudados por la Policía Local y que según la Cámara de Cuentas jamás fueron ingresados en la Caja. Ante esta incidencia el Ayuntamiento recurrió a la Jefatura de la Policía Local que informó, en fecha 22 de abril de 2010, de la entrega documentada de estos fondos a los cajeros imputados, remitiendo la oportuna documentación justificativa. «En la auditoría interna realizada por los servicios económicos municipales en base a la documentación de la tesorería municipal no ha podido verificarse la realidad de tales cobros». Es decir que según el Consistorio el dinero llegó hasta los cajeros pero no a la Caja municipal.

Sin embargo, nada se dice de por qué razón no se verificó el cobro de tales tasas, ni se comprobó la entrada de una recaudación de casi 80.000 euros, el 1% del total del supuesto robo acaecido en Economía y Hacienda.

Imposible comparar datos

Pero todo ello también tiene una explicación. «Es necesario reiterar

que la contabilidad no estaba actualizada, por lo que no era posible establecer otro control adicional diario y compararlo con las hojas de caja que sí eran realizadas diariamente por los cajeros imputados». Por lo tanto, esas hojas de caja se convertían en el único documento con el que contaba el Ayuntamiento para realizar un seguimiento de los cobros y pagos realizados por el servicio, ya que al no estar la contabilidad actualizada no se podía saber el saldo contable real que debería de haber en la Delegación. «Los propios cajeros imputados en las diligencias penales abiertas y encargados por el Pleno de elaborar el arqueo diario han manipulado los datos presentes en las hojas de caja, modificando el saldo restante en la caja fuerte municipal al final de la jornada, para que coincidiera con el saldo que permanecía en la misma después de apropiarse de una parte del efectivo diario».

Queda claro que según el Ayuntamiento eran los cajeros los que se llevaban el dinero de forma física de la Caja para luego cuadrar las cuentas a su antojo de forma que coincidiera con los pagos y cobros diarios, pero sin que se pudiera realizar una comparación con el supuesto saldo contable acumulado.

Aunque, supuestamente, no sólo engañaron en los 1.210 documentos ya verificados por el Consistorio. «La comprobación periódica del saldo de la caja se realizaba pues, ordenando a los cajeros que contaran el dinero efectivo en presencia del titular de la Tesorería, coincidiendo siempre el saldo efectivo con el recogido en la hoja de caja».

Y cómo se explicaban las diferencias millonarias existentes entre las hojas de caja y el saldo contable. Pues según el Ayuntamiento los cajeros aludían a los avales, que comenzaron a motivar una confusión importante que derivó en una auditoría interna de avales por la que se destapó en un primer momento el descuadre de más de 480.000 euros, la cantidad denunciada en un primer momento. Hay que aclarar que la Cámara de Cuentas no ha aceptado ninguna de tales alegaciones.