EE UU se prepara para una guerra entre las dos Coreas

Cada uno con sus armas. Los comunistas lanzaron su torpedo y alcanzaron el objetivo. Los capitalistas contraatacan cerrando el grifo del dinero. Sin duda, la represalia de Corea del Sur ha sido comedida, supone el cese de las relaciones comerciales con su vecino del norte y la prohibición de que buques de este país surquen aguas controladas por Seúl, pero nunca se sabe cuál puede ser la respuesta del iracundo Kim Jong-Il, que sigue negando la responsabilidad de la Marina que comanda en el hundimiento de la corbeta 'Cheonan'. El líder norcoreano ya avisó la semana pasada, coincidiendo con el final de la investigación del incidente, de que cualquier acción militar o económica contra su régimen sería considerada un «acto de guerra», y Estados Unidos no se lo ha tomado a broma.

Los 25.000 soldados que mantiene la superpotencia americana en el país asiático ya están en alerta, lo mismo que las tropas que permanecen estacionadas en la vecina Japón. La Administración de Obama respalda sin fisuras cualquier medida de Seúl ante las «innegables evidencias» de que el ataque de un submarino norcoreano fue lo que provocó que el navío de su aliado se partiera en dos el 26 de marzo. Perecieron en su interior 46 marinos. Ahora, muchos temen que el dictador del norte decida abrir fuego sobre territorio al otro lado del paralelo 38. Según la agencia oficial KCNA, Kim ya ha anunciado que lo hará si el Ejecutivo capitalista decide lanzar mensajes antinorcoreanos a lo largo de la frontera, una actividad que cesó en 2004. Eso sí, sólo ha asegurado que disparará contra los altavoces.

«Respaldamos la exigencia del presidente Lee para que Corea del Norte pida inmediatamente disculpas, castigue a los responsables del ataque y, lo más importante, detenga su comportamiento amenazante», declaró ayer el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, que también anunció el inicio de contactos entre altos mandos de ambos ejércitos para coordinar una posible defensa conjunta, y futuras maniobras conjuntas para mejorar la compenetración actual.