Los sueños rotos de Guille y Belinda
La artista recoge la vida de dos jóvenes desde su infancia hacia la madurez en un pueblo de la Pampa Argentina El Museo de Cádiz acoge una muestra fotográfica de Alessandra Sanguinetti
Actualizado: GuardarCuando eres pequeño lo más importante es que soñar te permite imaginar que vives muchas vidas. La inocencia es una de las virtudes que antes se pierde, pero, mientras dura, todo es fácil y disfrutar es el único objetivo de la vida. Hay quién se imagina casado y con hijos, otros dirigiendo una gran empresa, algunos se conforman con una casa y un perro. Si los recursos que te rodean en la infancia son suficientes, es bastante probable que tus sueños se hagan realidad, pero si creces en un pueblo remoto de la Pampa Argentina todo puede ser diferente.
Este es el c aso de Guillermina y Belinda. La artista argentina, afincada en Nueva York, Alessandra Sanguinetti, ha retratado a través de su cámara la vida de estas dos jóvenes. Ambas son primas y empezaron a ser protagonistas de esta historia cuando contaban con 9 y 10 años. Rodeadas de silencio y de la más absoluta nada, juegan a imaginarse cómo quieren que sea su vida. Una sueña con su príncipe azul y ser princesa y la otra rechaza la idea de tener novio, por el miedo «a que me abandonen», asegura haberlo visto en muchas películas.
La muestra, que podrá verse hasta el 27 de junio en el Museo de Cádiz, está compuesta por 39 imágenes montadas en orden cronológico, y que recorren 10 años de la vida de las jóvenes. En ella se puede descubrir, cómo finalmente una de ellas acaba quedándose embarazada a los 16 años y perdiendo parte de su infancia al convertirse en adulta antes de tiempo. La otra, Guille, continúa su vida, deja los estudios, se ocupa de sus padres y finalmente se convierte en madre soltera. Junto a las instantáneas un vídeo de 20 minutos relata a modo de pequeños episodios cómo eran y cómo son ambas primas que a lo largo de los años fueron perdiendo la amistad al igual que la inocencia con la que miraban la vida.
Aunque la autora de la obra no pudo acudir a la presentación de la exposición, el comisario de la misma, Francisco del Río, explicaba ayer que esta muestra refleja la ausencia de pasos necesarios para ir de la niñez a la edad adulta. «En el caso de Belinda y Guille, se puede percibir que para convertirse en una mujer es necesario quedarse embarazada. Es una realidad captada a través de la fotografía», comentaba.
Para la autora este ha sido un trabajo tan intenso que ha decidió no terminarlo y seguir compartiendo la vida de Belinda y Guille hasta que considere que el tiempo ha terminado. Aunque al principio de su trabajo ambas aparecen juntas a lo largo de las imágenes, a medida que pasa el tiempo cada una es protagonista de su propia historia, a pesar de no ser para nada distinta.
La muestra no deja indiferente. El visitante queda embelesado con la realidad de las instantáneas trasladándose durante el recorrido a la vida de esas niñas que un día se hicieron mayores sin darse cuenta. El lugar en el que se desarrolla su vida es importante para entender su forma de aceptar y adaptarse a un entorno frío e inhóspito, pero que aún así provoca ternura y tranquilidad.