Los ejecutivos de la petrolera del Golfo de México se culpan entre sí por el vertido
CORRESPONSAL. N. YORK. Actualizado: GuardarDe patético habría que calificar el espectáculo que dieron ayer en el Congreso los más altos ejecutivos de las tres compañías que operaban la plataforma Deepwater Horizon, que se echaron la culpa unos a otros.
El dinero de las indennizaciones, se temían los congresistas, estaba detrás del juego de escurrir el bulto. British Petroleum (BP) acusa al propietario y operador, Transocean, del fallo de la válvula preventiva de seguridad que debería haber cerrado el pozo en caso de accidente. Por su parte a Transocean no le cabe ninguna duda de que esa válvula pudo resultar dañada por la lluvia de cemento que desató ésta.
Y ahí es donde entra en juego Halliburton, la empresa responsable de contener los gases dentros del pozo con una tapa cemento hasta que volviera a utilizarse. La posibilidad de que esa operación no fuera hecha correctamente y desatase la explosión está alentada por una serie de «lecturas anómalas en las pruebas de presión» que «deberían haber desatado preocupación», dijeron los expertos.