SUEÑOS CIUDADANOS

Soñar con una ciudad que sea envidia de otras no nos debe estar prohibido. Es más, debe ser un orgullo para todos que muchos de nuestros vecinos se muevan y trabajen por mejorar lo presente sin esperar nada a cambio.

Las iniciativas, a título individual o colectivo, que les llegan a nuestros políticos por los diferentes medios deben ser tomadas en cuenta, analizadas y evaluadas, porque en el fondo radica el amor que muchos tenemos a la ciudad y nos duelen estropicios que se acometen o interminables retrasos en proyectos que no acaban de ejecutarse.

Soñar con una ciudad universitaria acorde al prestigio académico de Cádiz es una obligación moral para con generaciones venideras. Soñar con un tranvía que no se quede en tierra de nadie y que avance unos cientos de metros más para acercarnos algo más al centro del casco histórico no es un contratiempo para este proyecto sino una esperanza que muchos tenemos para hacer nuestro comercio y nuestras administraciones más accesibles a los vecinos de poblaciones de nuestro entorno.

Soñar con una efectiva y real área metropolitana de la Bahía que una y acerque a todos los ciudadanos entre sí debe ser una prioridad que debemos hacer llegar a los políticos locales. Unas Puertas de Tierra y un Fuerte de La Cortadura decentes, visitables y turísticos no debe seguir siendo un sueño o una ilusión sino que ha de ser una realidad en pocos años.

Soñar con un albergue juvenil, una Ciudad de la Justicia, un hotel de cinco estrellas en el antiguo Hospicio o un Balneario en La Caleta que no siga siendo infrautilizado no deben seguir siendo sueños sino realidades tangibles de nuestra Ciudad.