La marea azulina estará en el Reyno
El xerecismo ya se organiza para estar en Pamplona apoyando a su equipo
JEREZ. Actualizado: GuardarLa marea azulina se prepara para viajar con el Xerez Club Deportivo hasta Pamplona, donde se jugará sus últimas opciones de permanencia ante el Osasuna en el Reyno de Navarra. El principal problema con el que se puede encontrar la afición xerecista es con las malas combinaciones para llegar hasta Pamplona, por lo que parece que el autobús será una de las opciones más elegidas para desplazarse hasta el estadio que albergará la final del equipo xerecista.
Desde la Federación de Peñas ayer ya se valoraban las posibles opciones para llegar hasta Navarra y pensaban en autobuses que viajarán hasta Pamplona sin hacer noche fuera de Jerez, y otro paquete en el que además del desplazamiento también se incluyera una noche de hotel.
De cualquier manera, el xerecismo estaba ayer pendiente del horario que fije la Liga (posiblemente se anunciará hoy y todo apunta a que será el sábado a las nueve de la noche otra vez), para comenzar a gestionar uno de los desplazamientos que mayor número de azulinos aglutinará.
También han existido ya contactos entre los principales grupos de aficionados y el club, en los que el Xerez les ha comunicado que el Osasuna es uno de los pocos equipos con los que no existe ningún tipo de convenio firmado para el intercambio de entradas. El Reyno de Navarra (hasta no hace mucho llamado Sadar) tiene una capacidad de 19.800 espectadores, pero con el Osasuna totalmente salvado no parece que vayan a existir problemas para que se ceda un importante número de localidades, si así lo demanda la afición azulina.
Puerta cerrada
Por otra parte, el Xerez regresa hoy al trabajo tras disfrutar ayer de una jornada de descanso. Ahora comienza a preparar el decisivo duelo de la jornada 38. La 'web' oficial del Deportivo sólo ha notificado la hora y el lugar de la primera sesión de la semana, que será hoy en Chapín a patir de las diez de la mañana. Además, Néstor Gorosito continuará con su costumbre de celebrar los entrenamientos de Chapín a puerta cerrada.